¹-ᴴⁱᵉʳᵇᵃ ᵐᵃˡᵃ ʸ ⁿⁱⁿ̃ᵒ ᶠᵘᵉᵍᵒ ⁿᵘⁿᶜᵃ ᵐᵘᵉʳᵉⁿ

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Si mis madres me vieran ahora seguro que al igual que todos se preguntarian, ¿Qué ha pasado?, ¿Cómo es posible?, esto se siente igual que cocinar agua y quemarla, me siento así, viendo aquellas Gladiolas totalmente marchitas, quería reír de manera...

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Si mis madres me vieran ahora seguro que al igual que todos se preguntarian, ¿Qué ha pasado?, ¿Cómo es posible?, esto se siente igual que cocinar agua y quemarla, me siento así, viendo aquellas Gladiolas totalmente marchitas, quería reír de manera rara y que todos me señalarán, ¿Un hijo de demeter fallando en la botánica?, parecia ser un chiste, gracias a los dioses esto no era nada nuevo en mi, si los hijos se apolo se encontrarán de ánimos seguro que no durarían en señalarme mientras dando un comentarios para nada discreto o motivador, incluso cualquier otro campista hubiera hecho de hecharse a reír sin preocuparse si yo estaba adelante de todos ellos.

Si bien, nadie parecía estar de ánimo, esto se veía igual que una escuela militar, al igual que aquella que parecía en la película de Chucky donde te dejaban horas sobre el sol, cargando un montón de armas o sie do mojado en el lodo al igual que Reese, la mayoría contaba con ojeras y aspecto mal oliente, tan horribles como mis flores, apenas llegue ahí dejé caer mi regadera, mis hermanos me lanzaron una mirada lastimosa y unos solo abrieron la boca pero la cerraron, ni ellos entendían como esto era posible, era igual decir que el helado de oreo no estaba bueno, era imposible comprender esto como a las personas que les gusta la cebolla.

Se que soy hijo de la agricultura, que fácilmente podría haber hecho crecer todo un bosque entero, pero desee iniciar de cero, incluso desde el proceso de preparar la tierra, habia rogado a mis madres que me consiguieran aquella planta que yo pudiera cuidar, al igua que un frijol en un frasco con algodón, luego de varios sermones, mi mami Alya acepto regalarme unas cuentas muestras que yo jure proteger con mi vida, creo que estoy listo para que me la quiten.

Seguro que mami Helena imitarla mi voz y se reiría en mi cara luego de que mamá Alya se alejara de donde estaba, ella se reiría ya que solo rogué por una razón y termine arruinandolo, ojalá fuera igual de bueno cuidando plantas desde cero así como soy bueno rogando, perdí la cuenta de las veces que hice ello, la primera fue a ella, una chica morena de gran altura y músculos marcados que desde el primer note su estadía en aquel campamento donde no sabía hasta este punto que era más inusual que el año pasado lloviera dentro del campamento y no a sus alrededores o que un hijo de demeter asesinara a un par de plantas inocentes, como no notarla, mujer bella, mujer hermosa, una chica de piel tostada y pelo alborotado color castaño, siendo tan alta igual que ni de puntillas lograba alcanzarla, no me causaba conflicto, su dialecto no era para nada suave, era firme y rudo, siendo directa o incluso incompetente, había escuchado anteriormente a varios campista llamarla mal oliente e incluso de ojos raros, por todos los campista me refiero aquel rubio que parecía tener un gran problema con ella al igual que con todos los hijos de Ares.

Parecía evitarla, pero para mi, quería observala día a día sin importar que me llegara a desafiar por verla de más, la note desde el día uno, y como no, luego de que me hiciera probar el agua del inodoro por esa bienvenida, pero poco me importaba, aquella mojada y nada buena agua bienvenida o el hecho que era un blanco fácil para ella cada que se practicaba boxeo estaba seguro que podría cargarme junto a otros campistas.

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⏰ Última actualización: Oct 11 ⏰

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-- 𝐓𝐡𝐞 𝐆𝐢𝐫𝐥 𝐅𝐫𝐨𝐦 𝐈𝐩𝐚𝐧𝐞𝐦𝐚.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora