Prólogo

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El bullicio de la ciudad se colaba entre los ruidos de los autos y las conversaciones al azar. Invictor, inmerso en sus pensamientos, caminaba distraído por las calles, cuando de repente la voz de alguien familiar lo detuvo en seco.

—¿Invictor? —dijo ella con suavidad, como si su nombre hubiera estado guardado en sus labios durante demasiado tiempo.

Cristal. Ese nombre lo llevaba al pasado, a recuerdos borrosos, pero aún presentes en su mente. No la había visto en años, pero ahí estaba, con su cabello rubio ondeando al viento y esos ojos azules que no recordaba.

—¿Cómo has estado, Cristal? —respondió él, sintiendo una extraña mezcla de familiaridad y distancia.

Cristal sonrió, pero antes de que pudiera decir algo más, un adiós repentino marcó el final de su breve reencuentro. Invictor la observó alejarse, sintiendo que algo había quedado sin decir.

Y mientras intentaba asimilar el encuentro, otra voz lo sacó de su ensueño.

—Disculpa, ¿sabes dónde queda el Hotel 23?

Invictor se giró para ver a una chica nueva, extranjera, perdida entre las calles de su ciudad. Ella era completamente diferente, pero había algo en su presencia que lo intrigaba.

—Me llamo ______, soy de Buenos Aires. —La conversación fluía con naturalidad, pero Invictor sentía una chispa diferente en su interior. Era como si este encuentro fuera el comienzo de algo más.

Lo que Invictor no sabía, era que su vida estaba a punto de enredarse en un torbellino de emociones, donde nuevas amistades, amores inesperados y decisiones complicadas comenzarían a forjar su destino. ¿Hasta dónde estarían dispuestos a llegar cuando los sentimientos empezaran a mezclarse?

Tu eres nuestra luz || Mayictor y tu Where stories live. Discover now