3 SUSAN

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Han pasado cuatro días desde que Aarón me mandó un mensaje diciendo que me esperaba con ropa cómoda afuera de mi edificio.

La pasamos bien y sé que le gusto, lo veo en la forma en que me mira y en los momentos que se corta la respiración cuando cree que no estoy poniendo atención.
¿entonces porque siempre desaparece después de vernos? Así fue después del hospital, después de nuestro encuentro en el bar... en fin.

Le prometí a mi amiga que lo contactaría para pedirle ayuda con algo relacionado con su padre. La parte de que lo haga a escondidas de su novio, el cual está muy involucrado en ese tema, no me gusta del todo, pero después de su amenaza de aborto quiero hacer que se sienta mejor. Y si tengo que ser yo la que le escriba a Aarón para ayudarla. Lo haré.

Llego a mi departamento, todo está en el mismo lugar de siempre, pero cada vez que entro me doy cuenta de lo sola que me siento.
Me acuesto en mi cama con la música siendo mi única compañía, reviso mi última conversación con Aarón y no hay nada desde esa noche cuando me dio las buenas noches y las gracias por caminar con él por el parque. Yo le agradecí por mi bebida de café y fue todo.

Suspiro y reprimo la vergüenza.

YO: hola, perdón que te moleste, pero hay algo que me gustaría consultarte. Cuando puedas claro, no quiero molestar.

Dejo mi teléfono en la mesita de noche, a un lado de mí, espero que me responda, pero por los siguientes treinta minutos no lo hace, y cada minuto que pasa mi corazón se comprime hasta casi convertirse en una masa de nada.

No sé qué me pasa con este hombre, pero...

me sobresalto cuando mi teléfono suena con una llamada.
Me llevo la mano al pecho por el susto y la sorpresa de ver el nombre de Aarón parpadeando en la pantalla. Me tomo un segundo para recuperar el aliento antes de llevarme el teléfono a la oreja

—¿hola?

—ángel —su voz es tierna y llena de necesidad. Pero debo estarlo imaginándolo, no me habló por sí solo antes de hoy.

—lo siento por molestar. —me paso las manos sudorosas por la ropa. No entiendo la razón de estos nervios.

"Claro que la conoces. Es ese bombón de chocolate al que no puedes olvidar, pero que tampoco puedes arriesgarte a ir por él."

—al contrario, ángel, de no ser por tu mensaje, no hubiera salido de la aburrida reunión en la que estaba. Quería contestar pero...

—no te preocupes, ¿estás en carretera? —no sé por qué me importa. Y me arrepiento después de preguntar.

—sí, estoy yendo al aeropuerto para regresar a Los Ángeles.

—ah. —estaba fuera de la ciudad. Tal vez eso fue lo que le impido contactarme antes. No me quiero ilusionar, pero díganselo a mi tonto corazón.

—llegaré en un par de horas, ¿que dices si te invito a cenar y me hablas de ese mensaje? —¿Esa es la única razón por qué que quiere verme? Mi corazón vuelve al modo masilla de nada.

Como si leyera mi pensamiento, Aarón dice:
—podría escucharte ahora mismo, pero debo confesar que te he extrañado. Necesito tu luz ángel para olvidar toda esta oscuridad que me rodea.

No sé a qué se refiere con oscuridad, supongo que su trabajo es muy estresante, pero que me diga que yo le doy un poco de luz es lo mejor que me haya dicho nadie. Nunca.

Mi estómago explota en un mundo de mariposas y me dejó caer de espaldas en la cama.

La sonrisa que tengo en la cara me hace cerrar los ojos y contener un grito ahogado. Aarón me hace sentir diferente y quiero ser diferente para él también.

Dulce NO tan Dulce (borrador terminado) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora