Mateo;
estábamos con nicole en el uber apunto de llegar a casa, eran las seis de la mañana y para ser sinceros yo también estaba un poco tomado.
apoye mi cabeza en el hombro de Nicole y me quedé ahí oliendo su perfume, está mujer me tenía loco.matu, ya llegamos — Nicole le pago al Uber y bajamos
yo iba a pagar, — dije en un tono enojado
pero pague yo —
muy mal, sos mi invitada yo te dije que te iba a invitar —
pero es un Uber ya está aparte, vamos a dormir? — subimos de la mano hasta mi pieza y Nicole comenzó a cambiarse delante mío — me prestas tu remera de boca?
usa lo que quieras. vení — alegue una vez que ya estaba cambiada
la pasé re lindo, gracias por invitarme acá con vos —
gracias a vos por venír — me quedé pensando — capaz mañana me arrepienta de esto
Acerqué su rostro con suavidad y, al rozar nuestros labios, el beso se transformó en un estallido de pasión. Al principio, fue un roce lento, pero la intensidad creció rápidamente, volviéndose más profundo y cargado de deseo.
En cuestión de minutos, nuestras ropas cayeron al suelo, y nos dejamos envolver por el calor que irradiaban nuestros cuerpos. La habitación parecía desaparecer mientras nuestras pieles se encontraban, cada contacto despertando un nuevo escalofrío de placer.
Nicole comenzó a moverse sobre mí, con sus manos apoyadas en mi pecho, sus caderas marcando un ritmo que me volvía completamente loco. Sus gemidos llenaban el aire, cada uno más intenso que el anterior, y el sonido de mi nombre escapando de sus labios era música para mis oídos
Nicole... Dios mío — murmuré con la voz entrecortada, mientras aferraba sus caderas y la guiaba al ritmo que ambos necesitábamos. — Me volves loco Nicki
vos a mí Mateo — respondió con cierto placer
Sus jadeos se mezclaban con los míos, al igual que nuestras agitaciones, era como si fueramos una sola persona
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