Un Nerd en Pañales

1. El desafío de mi profesora

MI VIDA HASTA EL MOMENTO

Este día me levanté con muchas ganas de ir a la escuela. Me llamo Tomás y tengo 14 años, estudio segundo de secundaria y soy un púber promedio, apenas entre la niñez y la adolescencia: soy moreno, delgado y aunque mi altura ya aumentó sigo pareciendo una especie de alfeñique. En lo personal, los cambios que he tenido mi cuerpo los últimos años me han vuelto algo tímido, pero estoy a la expectativa de crecer y convertirme en todo un hombre.

¿Que si por qué estoy emocionado? Porque el viernes pasado recibí mis calificaciones del periodo y fui el segundo alumno que obtuvo las notas más altas. Eso se debe a que soy estudioso y responsable, prefiero hacer tareas que pasar tiempo con mis compañeros.

Por causa de eso no soy muy popular, y hay quienes me consideran algo infantil por mis gustos pero yo soy feliz haciendo lo correcto porque sé que con mi esfuerzo pronto logré conseguir todo lo que deseo: una gran carrera, un empleo, una linda novia... quizás ahora esté en una etapa incómoda, pero dentro de muy poco tiempo las chicas quedarán deslumbradas por mi inteligencia, lo presiento.

Ah pero deben estarse preguntando... Si yo fui el #2 de mi grupo, ¿quién es el #1? Tan solo llegué a la escuela y subí las escaleras para llegar a mi salón, la vi: como siempre muy temprano y portando su lindo uniforme de falda y playera polo, era ella. Cynthia.

Cynthia es una niña de mi edad, es algo rellenita de cuerpo y con una cara un tanto aniñada; no es bonita, pero tiene unos rasgos característicos que me agradan, al momento de reír y bromear me parece encantadora. Su piel es morena clara, su cabello lacio y largo y siempre lleva unas gruesas gafas.

Ella y yo somos los más inteligentes del grupo, y no es que seamos amigos pero cuando toca que trabajemos en equipo en la escuela nos llevamos bien. También en ocasiones, cuando no estoy con mis amigos, llego a platicar con ella en el recreo y siempre ha sido amable conmigo, a diferencia de las demás niñas de la escuela a quienes solo les parezco un nerd o un tonto.

La verdad es que... creo que ella me gusta. Quizás mis amigos se burlarían de que me guste la más 'nerd' del grupo en vez de una chica más popular o con un físico más desarrollado, pero he llegado a pensar que de entre todas las niñas de la escuela, creo que con Cynthia podría yo formar una buena pareja.

Aun así somos bastante distintos: a diferencia de mí, que soy más bien el hazmerreír de mi grupo de amigos, Cynthia quizás no será popular pero es apreciada entre el círculo de amigas de su escuela. Además, a diferencia mía que soy de una familia pobre, ella tiene un cierto estatus que la vuelve 'cool' o envidiada entre el resto del grupo, porque suele hacer viajes a Estados Unidos, estrenar ropa de marca, entre otras cosas.

En fin, vi a Cynthia ese día y pasé sin atreverme a saludarla y comenzaron las primeras clases del día. Yo sabía que lo bueno vendría después del receso, cuando nos tocara clase con la maestra Armida, ya que era mi tutora y seguro me informaría lo que yo más esperaba: recibiría un reconocimiento por mis calificaciones y algún beneficio especial.

EL DESAFÍO DE LA PROFESORA

Por fin comenzó la clase y entró la maestra Armida. Ella es una mujer de estatura media, piel muy clara y cabello negro. Está algo entrada en años pero siempre se viste y arregla de forma muy distinguida: traje ejecutivo, medias, tacones, el cabello ondulado recogido en una cola larga, uñas pintadas y aretes. Toda una profesional que sabe perfectamente cómo tratar a los alumnos.

Al fin, mi maestra dio el anuncio:

—Antes de empezar la clase, quiero que les den un aplauso a dos de sus compañeros: Cynthia y Tomás. Ellos obtuvieron los dos primeros lugares de aprovechamiento del grupo en el parcial pasado.