El rubio se encontraba casi inconsciente. Sabía que cometer cualquier tipo de error me traería muchos problemas. Y ya que él no estaba del todo consciente, decidí hacer lo más sensato y seguro para ambos. El ojiazul, aún apoyándose sobre mis hombros para no caer, parecía que ya había perdido todo tipo de lucidez. Luego de haber hecho algunos pasos, tomé el móvil del rubio, Ya que mi movil estaba en mi casa y decidí llamar a una ambulancia segundos después de que el ojiazul haya perdido el conocimiento por completo.
Se veía tan vulnerable, tan inocente y débil. Verlo inconsciente en el suelo solo me hacía pensar en cómo un ser humano puede dañar a otro sin ningún tipo de remordimiento.
Verlo en esta situación me hacía sentir como si mi corazón luchara por salir de mi cuerpo; no era capaz de entender el dolor que sentía en el pecho, las voces, las luces, absolutamente todo se sentía lejano; la suave brisa del viento, acariciaba la piel desnuda de mis brazos, haciéndome sentir como si algo invisible quisiera consolarme.
En ese momento no podía sentir absolutamente nada; el tiempo, los minutos, el sonido de la ambulancia, todo se volvió más y más lejano. Solo existía el rubio y yo. Las constantes punzadas en mi cabeza se volvían más fuertes, y a medida que el pitido de unas sirenas me indicaba que estaban cada vez más cerca, mi cuerpo se volvió más débil y mis párpados más pesados. Lo último que pude visualizar fue la cara del rubio; y Luego de eso, fue oscuridad.
Me despierto lentamente algo consternada, la luz blanca me hiere los ojos y un pitido constante invade mis oídos como un sonido lejano. Al abrir los ojos, las paredes blancas y el olor a desinfectante invade mis fosas nasales. Haciéndome notar que me encontraba en una sala de hospital.Mirando a mi alrededor noto una mesita metálica con un vado de agua, esperando a ser vivido. Poco preocupada por mi estado, recuerdo al rubio de unos minutos atrás. Así que decidí salir de la sala para averiguar su estado.
Al salir de la habitación, un pasillo y varias personas se hicieron visibles ante mí. Las voces parecían taladrarme la cabeza.
en un instinto natural, dirigi mi mano hacia la zona dolorida. Un poco maridada y confundida, decidi recostarme sobre la pared. Cuando una enfermera se posa delante de mí.Era una chica algo joven; tenía Su largo pelo castaño recogido en una coleta y su uniforme perfectamente planchado.
Me veía Con una sonrisa cálida y algo de preocupación.—¿Estas bien, cariño? —su voz era gentil y se podía notar el tono de preocupación genuino. Yo Aun desconcertada por las constantes punzadas en mi cabeza y el mareo, logro preguntar
—qué ha pasado?— Antes de que la enfermera logre gesticular algún tipo de respuesta, digo: —El chico...he venido con un chico, ¿dónde está?— ya entrando en un estado de preocupación, insisto por una repuesta que la chica no me da.
–Primero deberíamos ver tu estado. Has tenido un pico de preocupación y a causa de eso te has desmayado.–
Estresada por buscar una respuesta que la enfermera no me quería o no podía darme, decido ignorarla y seguir mi camino.
Si bien no sabia a donde ir, estaba muy dispuesta a encontrar al ojiazul.
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como salvar a Emma
Teen FictionPorque la muerte me queria ami y yo la deseaba a ella. Solo que cuando el llego la muerte se puso celosa y nos hizo recorrer un viaje tan largo llamado vida. que ironia