EIGHTEEN

52 8 0
                                    

— Scarlett

El trayecto en el auto se sentía interminable. Cada minuto que pasaba solo acrecentaba la tensión entre Nick y yo. Sabía que él quería hablar, lo notaba en la forma en que sus manos apretaban el volante con más fuerza de la necesaria, en las miradas rápidas que me lanzaba cuando pensaba que no lo veía.

Quería decirle tantas cosas, pero me las tragaba. No podía. No después de todo lo que había pasado con María, con Sara... Y, para colmo, la llegada de Ethan Marshall a nuestras vidas había añadido una nueva capa de incomodidad. No quería darle importancia, pero no podía evitar sentir los ojos de Nick sobre mí cuando Ethan y yo hablamos antes.

Suspiré, mirando por la ventana mientras las calles de Nueva York pasaban a toda velocidad. Sentía un nudo en el estómago, uno que no era solo por lo que había sucedido entre Nick y yo, sino por lo que podría suceder. ¿Qué estábamos haciendo? No quería ser la causa de que su matrimonio se desmoronara, aunque ya lo estaba haciendo por sí solo. Aun así, la idea de ser la razón de más dolor en su vida me pesaba.

Nick rompió el silencio, su voz profunda resonando en el interior del auto.

—¿Qué piensas? —preguntó, como si quisiera leer mi mente, pero su tono era cauteloso, como si temiera la respuesta.

Volteé a mirarlo, aunque por dentro luchaba por mantener mi expresión neutral. No podía dejar que él supiera lo que realmente sentía. No podía darle más razones para que las cosas se complicaran.

—En el caso —respondí simplemente, girando la mirada de nuevo hacia la ventana. Era una mentira obvia, pero no estaba lista para enfrentar la verdad. No ahora.

El silencio volvió a caer entre nosotros, más pesado que antes. Me mordí el labio, sintiendo que las palabras que realmente quería decir se arremolinaban en mi mente. "Deberíamos hablar de lo que pasó, aclarar las cosas, establecer límites". Pero no pude.

El sonido del tráfico de Nueva York llenaba el vacío entre nosotros, pero mis pensamientos estaban atrapados en esa noche, en lo que sucedió, en lo que no habíamos hablado desde entonces. Cada vez que lo veía con María, cada vez que Sara aparecía... Me recordaba que esto, lo que fuera que había entre nosotros, no podía ser.

Finalmente, llegamos a Queens. El testigo que Olivia había mencionado podría ser nuestra última oportunidad para cerrar este caso, pero en ese momento, lo único que podía pensar era en lo frágil que se sentía todo.

Salí del auto antes de que Nick pudiera decir algo más, sintiendo que necesitaba aire, espacio... cualquier cosa que me distrajera de la realidad de lo que estábamos haciendo.

Pero mientras caminaba hacia el edificio, no podía evitar pensar en lo que pasaría después. ¿Podríamos seguir ignorando lo inevitable? ¿O el próximo paso sería el que rompiera todo?

Entramos al edificio sin decir una palabra más. Cada paso resonaba con el eco de lo no dicho. La tensión era palpable, no solo entre nosotros, sino dentro de mí. Sabía que en algún momento todo esto tendría que salir a la luz, que no podríamos seguir evadiendo lo que había pasado, pero por ahora lo enterraba.

Nick caminaba a mi lado, con su porte firme y decidido, como siempre, pero había algo distinto en su semblante. Quizá era la forma en la que su mandíbula se tensaba o cómo evitaba mirarme directamente. Aunque no hablara, sentía su frustración, su confusión. Lo entendía, porque yo también la compartía.

Nos dirigimos hacia la oficina donde el testigo nos esperaba, una mujer mayor que parecía más nerviosa que otra cosa. Me concentré en mi trabajo, obligándome a dejar de lado las distracciones, pero no podía sacudirme la sensación de que, aunque estuviéramos en la misma habitación, Nick y yo estábamos en universos distintos.

TROUBLEMAKER - NICK AMARO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora