Bill Kaulitz se encuentra entre dos mundos: por un lado, su compromiso con Claire, y por el otro, una relación clandestina con Harley, quien es su amante hace dos años. A la cual apenas y le presta atención. Aquella chica ha sido su refugio secreto...
Una tarde soleada se hacía presente, pero para Harley, la luz del día parecía opacada por las nubes oscuras de su mente. Inmersa en su trabajo, su teléfono resonaba insistentemente, cada zumbido era un recordatorio constante de Bill. Conocía el discurso que pronunciaría, así que ignoró las llamadas a lo largo del día, queriendo evitar una discusión inevitable.
La campanilla de la cafetería retumbó, y Harley se levantó apresuradamente, dejando atrás la tensión de su puesto para dirigirse hacia la caja. Sin embargo, su sonrisa se desvaneció al ver a Bill, su novio, o mejor dicho, su amante, parado frente a ella.
-Bienvenido a Starbucks, ¿Qué desea? -dijo con un tono cortante. Aún sentía molestia por la situación del día anterior. ¿Cómo pudo haberla dejado sola en lo alto de un árbol bajo la lluvia?
-Un Frappuccino - respondió Bill
-Nombre -expresó Harley con frialdad, la molestia la delataban sus ojos.
Bill suspiró con pesadez y dijo su nombre, notando la frialdad en la mirada de Harley mientras anotaba.
La transacción terminó con un intercambio helado, deseando que su novia se contagiara de su sonrisa, pero eso fue en vano, su rostro seguía impasible. Parecía como si nadie ni nada la pudiera hacer sonreir.
La chica le entregó la boleta al chico y se alejó sin decir ni una sola palabra, dejándolo solo con sus pensamientos.
Minutos después, una empleada de cabellera corta le sirvió su bebida, y Bill se sentó, esperando pacientemente a que el turno de su novia terminara.
[...]
-Nos vemos, Harls -pronunció un chico. Bill al escuchar eso, se levantó rápidamente para seguir a la chica.
Cuando estuvo a su lado, la tomó de la cintura, intentando acercarla a él. Su cercanía aceleraba la respiración de Harley, quien odiaba cómo Bill podía afectarla de esa manera. Odiaba su trato y sabía que él esperaba su perdón, que tarde o temprano lo conseguiría.
-¿Qué quieres? - logró susurrar mientras su mirada no dejaba de ver los labios de su amante.
-Nada. Has estado ignorando mis mensajes todo el día. Me preocupabas - respondió Bill con sinceridad. Pero aún con aquella cercania.
-Mejor preocúpate por Claire -se separó y empezó a caminar hacia su departamento, el cual quedaba a unas pocas cuadras en donde se encontraban.
-Sabes que también me preocupas. Claire no está aquí, no sé cuándo volverá. Permíteme estar contigo al menos una hora, te llevaré a donde tu quieras.
Nada la detenía. Siguió su camino, ignorando las súplicas del muchacho.
-Vamos, Harley, sé que aún estás molesta por lo de ayer. Pero, por favor... - intentó detenerla, bloqueando su paso.
-¿Por qué no quieres que nos descubran? - preguntó ella.
-Ya sabes la respuesta a eso -respondió él.
-A ver... la amas. Por eso temes de que nos descubran, especialmente Claire, temes de que se entere de tu amante que tienes hace ya dos años... Sabes, hubiera preferido no haberte conocido -dijo ella, dándole la espalda y así por fin poder marcharse.
-iHarley! -gritó en vano, ella ya se había ido, dejando a Bill ahí parado, solo y con un vacío en el pecho que ninguna disculpa podría llenar.
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