𝗥𝗨𝗠𝗢𝗥𝗦 «𝐛𝐢𝐥𝐥 𝐤𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳»

𝟬𝟱

Una tarde radiante se desplegaba en el horizonte. Las doradas horas de la tarde habían llegado, y Harley se encontraba meticulosamente arreglada para su cita con el chico de aquella fiesta.

Bill, en un intento desesperado por comunicarse con ella, se afanaba en llamarla y enviarle mensajes, pero la chica decidía encerrarse al mundo, ignorando su persistente intento de conexión.

"¿Por qué él puede tener a otra persona y yo no? iEs tan injusto!", se lamentaba Harley, sintiendo un torbellino de emociones encontradas.

El sonido persistente del teléfono de Harleuy rompió su ensimismamiento. Con un suspiro, contestó a regañadientes, pensando que era Georg pero no, descubrió que era Bill del otro lado de la línea.

-Harley, pensé que te había sucedido algo - regañó él, su tono revelaba preocupación genuina.

-¿Y por qué debería responderte? Tengo cosas que hacer. Estoy por salir -espetó Harley, intentando mantener su compostura.

La tensión creció cuando Bill cuestionó su destino y la figura de Georg apareció, lo cual provocó un gesto de fastidio en Harley.

-¿Por qué te importa con quién salgo? -se defendió ella con sarcasmo.

Las palabras de Bill golpearon su conciencia.
La mirada de Georg desde el auto la confrontó con una decisión difícil.

-Lo único que quiero es pasar tiempo contigo, pero siempre te escapas -admitió Bill, su voz era llena de anhelo.

Harley se detuvo en seco, sus emociones se debatían mientras enfrentaba la petición de Bill y la presencia reconfortante de Georg.

-Me siento tan sola cuando te vas. ¿Nunca te has puesto a pensar en cómo me haces sentir?
-desahogó su corazón, frustrada.

-Dime dónde éstas voy por tí -dijo Bill, pero Harley ya había tomado una decisión.

-No gracias, pasaré tiempo con Georg. Adiós - concluyó, cortando la llamada con un nudo en la garganta y un sentimiento de arrepentimiento comenzaba a nacer.

Se subió al auto de Georg, quien, con una sonrisa, le entregó un ramo de tulipanes, el cuál eran sus flores favoritas. Agradecida por el detalle, pero en el fondo anhelaba que fuera Bill quien le entregara ese gran gesto.

Pero ella sabía que eso nunca pasaría.