.𖥔 ݁ ˖ › ❝ La cama equivocada, un escándalo y una esposa poco convencida ❞
Samantha no esperaba despertar junto a el padrino de la boda de su hermana. Resultó que había cometido un sencillo error y entre ellos no había sucedido nada, pero eso no...
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Samantha estaba impresionantemente mareada.
-¡No puedes hablar en serio! ¡Apenas nos conocemos!
-No creas. Estamos emparentados por tu hermana y mi hermanastra. Y hemos pasado la noche juntos.
-Eso no es bastante. Aunque me casara, jamás lo haría contigo. Además, el matrimonio es una institución arcaica y machista- Exclamó con desesperación, ¿Por qué tenía que sucumbir?
-No creo que a tus hermanas les gustara conocer tu opinión.
-Me da igual- Declaró con fuerza.
Felix rió.
-Vamos, Samantha, te prometo ser un buen esposo.
-Ni siquiera conoces el significado de esa palabra- Reclamó con molestia absteniéndose de girar los ojos.
-¿De cuál, de «esposo» o de «buen»?
-De ninguna de las dos.
-Será una ceremonia discreta.
-¡No voy a casarme contigo!
-Y no creo que tus padres quieran que vistas de blanco.
-¡No voy a...!
-No tenemos por qué tener una luna de miel larga, aunque yo lo preferiría.- Era lo más irritante que la interrumpieran.
Samantha colgó el teléfono enfurecida. Llegaba tarde a la clínica, pero antes de ir a trabajar debía intentar poner freno a aquel sinsentido.
Levantó el auricular y marcó el número de sus padres.
-Buenos días- Respondió su padre en su habitual tono evangélico.
-Soy yo, padre, Samantha-. Lo oyó suspirar.
-Esperaba tu llamada. Tu madre está destrozada. Has salido en todos los periódicos.
-No ha sido culpa mía, sino...
-No me digas que ha sido culpa del diablo- Dijo él, impaciente. -Es la excusa que oigo cada día.
-Felix y yo apenas nos conocemos, y...
-Al menos está dispuesto a actuar como un caballero- Interrumpió sin importarle en absoluto la opinión de su hija -Aun así, yo no puedo oficiar la misa. Iría contra mis principios.
-No voy a casarme con el.
-Por supuesto que sí.- Su padre hizo una pausa. -O no volverás a vernos ni a tu madre ni a mí.
-Comprendo- dijo Samantha, aunque le costaba aceptarlo.
-Eso espero, señorita. Ya nos has causado bastantes disgustos. Esta mañana he tenido que hablar con la prensa y he prometido que te casarás con el hermano de Isabel el próximo mes.
