El primer día de clases.
Me desperté muy temprano, cuando veo mi despertador, me doy cuenta de que son las 5:11 a.m. así que me meto a bañar y me cambio, elegí una camisa negra, y un pantalón azul marino; en esta escuela, la vestimenta es libre, así que me arreglo bien y bajo a preparar mi desayuno, alisto mi mochila y me voy al coche. Al llegar a la preparatoria y bajarme del auto, alcancé a notar que mis hermanos van llegando también; todos, casi sin disimular, nos observan y susurran entre ellos.
en cuanto veo a mis amigas me dirijo hacia ellas
—¿Por qué todos se nos quedan viendo a mí y a mis hermanos? — pregunté desconcertado.
—es por su apellido “Thornwood”—respondió Camila
—Cierto, lo olvidaba, mi madre es muy famosa por aquí, es la primer mujer creadora y directora de su propia empresa y a nosotros nos reconocen simplemente por su apellido, “somos los chicos Thornwood Eberhard” —contesté con un suspiro.
Caminé hacia el salón de clases y me senté en mi lugar, pero la maestra una señorita joven; quien vestía una falda por debajo de las rodillas, color negro y una blusa blanca, se acercó a mi lugar para decir…
—sé que eres popular aquí por tus apellidos y eso será un dolor de cabeza, te daré un pequeño consejo elige bien tus amistades—dijo la maestra susurrando en mi oído.
Apenas terminó la frase, cuando llegó otra maestra a introducirse en el aula.
—Hola maestra Laura, le traigo a los guías del recorrido para su salón—
en mi mente pensé “¡entonces su nombre es Laura, mi maestra se llama Laura!”
—De acuerdo, muchas gracias maestra, — respondió Laura.
Pasaron varios guías y cada uno eligió a un recién llegado.
a mí me eligió Isabel y me sacó del salón diciendo…
—Iniciemos el recorrido, cualquier duda que surja, me la puedes hacer saber.
Me llevó por toda la preparatoria explicando cada cosa, desde cuando se fundó, hasta dónde da clases cada maestro; en el transcurso, ella aprovechó para decir…
—eres muy famoso en este plantel, lo sé por tus apellidos, pero créeme, te vas a enfadar, todos aquí estarán interesados en tí y querrán ser tus amigos, ¡cuidado! no todos son de confianza—
dijo con voz tranquila y casi aburrida.
Durante el recorrido, no pasó por alto el decirme quién era cada persona, cada alumno y profesor a nuestro paso, pero yo, no le entendí ya que mi mente estaba pensando en… no sé qué; para ser sincero creo que sí debí haber puesto atención, porque cuando sonó el timbre del descanso vi cómo se acercaba a mí un montón de personas pidiendo fotos conmigo y haciendo preguntas sobre mi madre, la empresa y mi familia; fuí amable y respondí todo lo que entre voces alcancé a escuchar; al terminar, mis amigas se acercaron conmigo, ellas solo preguntaron sobre el plantel que, para ser honesto, me tenía encantado con sus muchas áreas verdes, tres pisos, una biblioteca enorme (algo realmente fascinante para un lector empedernido, como yo); todo estaba súper cool.
Aún no terminaba de expresar mi encanto por las instalaciones cuando se acercó una chica a pedirme una foto; no fué nada difícil percibir que se trataba de la típica chica creída, esa que humilla a todos con tal de hacer reír a los “populares”; llegó pasada de prepotencia, empujando a mis amigas y nos tomó una foto sin esperar siquiera que yo asintiera, eso hizo que me molestara un poco, no por la foto si no por su trato a mis amigas, su actuar fué grosero y ofensivo, pero en fin, solo me retire de ella y nos fuimos a buscar a mis hermanos.
—Hola, Valeria, hola, Camila ¿cómo están? — dijo Zack.
—¡Bien!, estamos bien, gracias por preguntar—contestó Camila con una sonrisa en el rostro.
Valeria y James no hablaron ya que los dos son un poco tímidos, muy parecido en personalidad.
—¿Qué van a hacer ahora? —preguntó Zack con curiosidad y las cejas cerradas
—Pues… nosotros, Nada ¿y ustedes? —respondo por mis amigas
—¿Quieren ir con nosotros? vamos a la cafetería por hamburguesas—dijo James emocionado señalando la enorme cafetería de la preparatoria estelar.
¡Claro!, vamos por hamburguesas, yo quiero una con papas y una nieve de galleta oreo como postre—dijo Camila.
Todos corrimos y hasta nos jugamos una carrera a ver quién llegaba primero. Terminando el merecido almuerzo escolar, nos mandaron un mensaje al grupo de la preparatoria diciendo que se cancelarían las clases restantes de ese día porque ya habían terminado todos los recorridos, no entendimos nada, pero nos dió igual ya que faltaban solo dos clases para salir, así que mejor nos fuimos a casa. Nos fuimos en el carro de Zack; un carro rojo metálico con asientos de cuero en color negro y una pantalla táctil.
—¿Todos sus coches son iguales? —preguntó Valeria después de haber entrado en confianza.
—Por dentro sí, pero por fuera los distingue el color, el mío es azul el de Zack es rojo y el de James es negro y los tres son deportivos — le respondí a Valeria con una sonrisa.
Aprovechamos el resto del día jugando juntos juegos de mesa y pasamos una tarde fascinante. Terminé llevando a Camila y a Valeria a su casa porque ya se había oscurecido y regresé rápido para poder descansar.
ESTÁS LEYENDO
Entre Amigos y Hermanos: El inicio de un vinculo
Roman pour AdolescentsSINOPSIS: una novela juvenil de un grupo de dos chicas y un chico que su amistad e s única, inigualable e indestructible o eso dicen ellos, con el paso del tiempo se enfrentan a diferentes retos y desafíos que les manda la vida sinopsis "Entre Amigo...