Prólogo

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Victoria se encontraba en un torbellino emocional tras descubrir la traición de su padre. La imagen de él, abrazando a una amiga en común con una complicidad que jamás había imaginado, se había grabado en su mente como una sombra oscura. Tenía la posibilidad de confesarle a su madre la devastadora verdad, pero el miedo al divorcio la mantenía en un estado de indecisión abrumador.

Finalmente, optó por mudarse con su tía Verónica, quien la recibió con los brazos abiertos. La relación entre ambas siempre había sido especial; Verónica había sido un apoyo constante en la vida de Victoria. Sin embargo, lo que la joven no anticipaba era que la tía Verónica tendría un invitado en su hogar: Alex, un atractivo amigo de la familia. Desde su llegada, la tensión se volvía palpable y, sin quererlo, Victoria se sintió atraída por él de una manera que nunca había experimentado.

Con cada encuentro, la joven se debatía entre la culpa y el deseo. A medida que sus sentimientos por Alex se intensificaban, se daba cuenta de que se encontraba atrapada entre la lealtad a su familia y un amor que prometía cambiarlo todo. La incertidumbre la acompañaba, llevándola a un punto en el que debía tomar decisiones que definirían no solo su futuro, sino también el tejido de su propia identidad. En medio de esa complejidad emocional, Victoria se dio cuenta de que la vida no siempre ofrece respuestas claras; a veces, hay que arriesgarse a sentir y a amar, aun ante las adversidades más dolorosas.

Tenías que ser tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora