Capítulo 49

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Unos minutos más tarde, después de que Justin se fuera decidí olvidar sus preguntas ya que no iba a obtener la razón tras ellas, no ahora.
Leí las siguientes seis horas ya que no tenía nada mejor que hacer. Jamás va a haber nada mejor que leer o al menos no para mí.
Baje a la recepción buscando algo que hacer, diferente a la lectura mientras esperaba a que las dos horas pasaran y pudiera hablar con Charlie. Necesitaba saber que era lo que debía decirme. Se había convertido en una obsesión saberlo tanto como lo era para el decírmelo.
Busque a Justin pero no lo encontré, luego el vigilante de turno me dijo que había salido, seguramente a reunirse con la persona que le había confiado los arreglos de la canción. Canción que me era tan familiar pero por más que trataba no recortaba. Tal vez lo haría si la escuchara una vez más, tan solo una pero eso no sería posible ahora.
De camino al pent- house el hombre que repartía el correo cuyo nombre no recordaba o tal vez él no lo había dicho se me acerco.
- Eh, ¿Nicolás verdad?-. Pregunto apurado.
- Si-. Respondí con mi tono grueso, el cual había dominado y creí que hacia bien.
- ¿Puedes entregar su correspondencia a Justin? Me han dicho que es muy urgente. No es de las fans.
- Bien, me asegurare de que la reciba.
- Perfecto, adiós-. Se despidió y desapareció en el pasillo.

No podía ser, ¿Por qué de todas las personas a las que él pudo entregarle la correspondenciade Justin tuvo que ser a mí?
''Literalmente vives con él, era obvio'' me reprende mi voz interna.
La curiosidad por saber que contenía el sobre sobre la mesa frente a mí era demasiada.
No podía abrirlo, eran cosas personales y eso ya era demasiado atrevido. Se molestaría mucho si se enterara.
¡Eso es! no tiene que enterarse, y no lo hará.
Me acerque al escritorio y me senté en la silla. Tome el sobre en mis manos y quise levantar la solapa pero no me atreví. No era correcto.
Levante la vista y me encontré con el estante lleno de CD's, algunos aún estaba cebrados. Me preguntaba porque no lo había reemplazado.
Unos minutos más tarde la curiosidad ataco de nuevo y venció mi fuerza de voluntad. Debí haber dejado el sobre allí y salir de la habitación. ''La curiosidad mato al gato'' pensé.
Con cuidado retire la solapa y voltee el sobre. De este cayo una hoja y dos boletos de avión.
Deje el sobre a un lado y tome la hoja de papel ¿Qué era esto? La hoja era una carta y en ella venia la explicación de los boletos.

'' Justin:
He hecho esto por cuatro años y aunque no me hayas respondido y aunque tal vez no lo hagas esta vez he decidido continuar.
El motivo de esta carta como ya lo has de imaginar es el mismo de siempre, desearte un feliz cumpleaños y pedirte perdón una vez más por no estar allí.
He querido conocerte lo sabes, pero no me ha sido posible. Tengo muchas cosas que decirte, muchas explicaciones que darte pero no poder hacerlo ya que al estar postrado en una silla de ruedas a miles de kilómetros en Australia no hay mucho que pueda hacer.
Necesito que comprendas que esto no es tu culpa, ni de tu madre, ha sido mía. Como cada año desde que te encontré te escribo, te recuerdo una vez más que siempre voy a ser tu padre.
He dejado los mismos pasajes de habían de ida y regreso si deseas venir a verme y enterarte por fin de lo que realmente sucedió conmigo y cuál es el motivo por el cual no estoy allí. Tienes diez días para usarlos.
Felices diecinueve.

Jeremy Bieber.''

Estaba muy confundida ¿Acaso era hoy el cumpleaños de Justin?
Tome el sobre y me fije en la parte de atrás buscando una fecha, seguramente había un error.
Dianna y Jeremy me habían contado hace un par de semanas, quizá seis u ocho que el cumpleaños de Justin había sido el 29 de octubre y que habían hecho una gran fiesta. No podía ser, no.
Vi la fecha en la que debía ser entregada al destinatario y comprobé que la fecha fuese de aquel día pero no era así. Claramente allí decía ''01 de marzo de 2013''
Tenía que haber un error.
¿Porque Justin mentiría? ¿Quién mentía realmente?
Guarde la carta y los boletos de avión en el sobre, pegue la solapa con el pegamento y lo puse de nuevo en el escritorio. ¿Por qué y quien estaba mintiendo?

Las dos horas siguientes se pasaron extremadamente rápido, ni por un segundo deje de pensar en el contenido de esa carta y la razón de la mentira que Justin había inventado.
Justin había mentido sobre la fecha de su cumpleaños y yo necesitaba saber porque, ¿Qué estaba ocultando con eso?
Charlie llamo a mi puerta unos minutos más tarde y en poco tiempo ya estábamos en el estacionamiento subterráneo.
- ¿Vas a contarme lo que has estado guardándote?-. Bromee.
- No lo he guardado, no he podido contártelo.
- ¿Qué tan malo puede ser?
- No lo sé, eso vas a decírmelo tú.
- Vale, ya quiero saberlo.
- Bien.
Note la seriedad en su voz así que debe de bromear. Se parecía un poco a la actitud de Justin ¿O a su falsa actitud? Ya no lo sabía.

***
No puede ser, no a mí.
El restaurante era demasiado lujoso y tenía muchos comensales para ser nuevo así que concluí que las otras sucursales en el país debían ser buenas como para que esta tuviese tanto éxito.
El problema no era el lugar ni las personas, el problema era el amigo de Charlie y su recomendación.
Había insistido en que probáramos la langosta que era su especialidad. Yo detestaba con todo mí ser la langosta pero no podía negarme por educación.
A parte de su desagradable recomendación algo más llamo mi atención, algo de lo que dijo en particular.
- ¿Hoy os habéis puesto de acuerdo todos para venir aquí verdad? No sois los primeros de la banda.
Me gustaba su acento español pero le di más importancia a lo que dijo ¿A qué se refería cuando dijo que no éramos los primeros en venir hoy?
Creía tener la respuesta.

Justo cuando Charlie quiso decirme tan esperada verdad no pude más, si seguía viendo o comiendo esa langosta iba a causar un desastre muy vergonzoso.
- Tengo que lavarme las manos-dije como excusa.- No puedo comer así, lo siento.
- Vale, pero debo decírtelo.
- No creo que la puerta del lavado me transporte a otra dimensión, vuelvo enseguida.
Estábamos en el tercer piso del restaurante que era demasiado grande. Baje al primero que era en el cual se encontraban los baños. Planeaba encerrarme allí hasta encontrar una excusa convincente acerca de porque no comeré la langosta.
Caminando al pasillo tuve que taparme la cara ya que ahora increíblemente había ganado algo de fama, lo cual era fastidioso y extraño. No podía dejar que me vieran.
Llegue casi al final del pasillo de servicios donde estaban las puertas para el tocador de las mujeres y el baño de los hombres. Claramente no podía entrar al de damas. Intente con la puerta del baño de hombres pero estaba cerrada ¡Perfecto!
Mas allá, al final del pasillo había una puerta que decía ''Baño de personal'' iba a encerrarme allí.
Al probar con la puerta cedió, entre allí y cerré la puerta con seguro.
Cuando gire lo encontré frente al lavado, tosiendo fuertemente, lágrimas en sus ojos y el rostro enrojecido ¿Qué estaba ocurriéndole?
- ¿Justin, estas bien?
Él se percató de mi presencia y trato de componerse pero fue inútil, volvió a su estado lamentable en segundos. La preocupación y el miedo a lo desconocido me invadieron. Me acerque a él y puse una mano en su hombro.
- ¿Justin?
- Estoy bien- espeto.
- No, ¡No lo estás! ¿Qué está ocurriendo? Dímelo.
Hubo un silencio interrumpido por su tos incesante. Estaba claro que no iba a decírmelo tan fácilmente. Una de mis teorías casi comprobadas era que el no cedía ante la debilidad. En este momento era débil y vulnerable. Trate de nuevo.
- No soy idiota Justin, dime que está pasando o iré por ayuda.
- ¡No!-. Dijo ahogando su grito por la falta de aire. En ese momento me desespere.
- Justin, tienes que decirme lo que está pasando, ¡Necesito que lo hagas!
- Es solo una alergia. Soy alérgico a la langosta.
En medio de esto bromee un poco, que interesantes eran nuestras reacciones a la langosta.
Me moleste enseguida.
- ¡¿Por qué la has comido entonces?!
- Tenia que. Estoy bien, no tienes que preocuparte por mí-. Dijo lo más firme que pudo.
- Es mi decisión sin preocuparme o no, y elijo hacerlo.
- ¡Déjalo!-. Casi grito para luego salir rápidamente del pequeño cuarto.
Quise seguirlo pero no era prudente. Lo deje marchar con la bilis en la garganta. Me sentía mal por dejarlo marcharse así, peor aún sin saber que tan grave es su alergia.
Media hora después regrese con Charlie, quien ya no estaba. El mozo que nos había traído la horrible langosta se acercó a mí.
- El amigo de mi jefe se fue pero ha dejado esta nota.
- Gracias.
Abrí el papel.
''Espero que tus manos estén limpias hermano''
Charlie estaba molesto conmigo por una justa razón. No podía evitar el sentirme peor. Él estaba ansioso por contarme ¿Su secreto? Y aunque yo estaba casi desesperada por oírlo lo había olvidado.
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INTRUSA-Justin Bieber y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora