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A las afueras de la mansión principal existe una hermosa casa de dos pisos, una casa de paredes llenas de enredaderas y flores de colores.
Al principio puede que la hermosa casa sea un lugar del sueño, pero esta es solo una sachada para el peor lugar de la mansión. Dos pisos llenos de telas e hilos. Desde hace mucho que no entra.
—Perdóneme Miss... Yo...
La voz rota del pelirrojo fue silenciada por la mano levantada de la extraña dueña de la casa, una mujer con una misteriosa máscara de pájaro y brazos llenos de escamas. En una de sus manos estaba una pierna de tela con costuras rotas.
—Puedo saber... ¿como se salió tu pierna? Recuerdo haberla cosido bien— a diferencia de otras veces que ha estado, la vista de la dama brillaba dando a entender que en realidad estaba furiosa.
—yo...
Solo habían pasado 20 minutos desde que el accidente ocurrió.
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Le había tocado una partida en la cual quería ser un compañero útil, estaba arto de no poder hacer nada gracias a la presencia de algo similar a un celo, pero a diferencia de estos, los de los supervivientes contaban con torpeza y pequeños calores.
Cuando estaba en ese estado era mejor jugar partidas normales o Rapsodia Frenetica por el ambiente del pueblo pescador.
El día anterior al "celo" Luca le pidio que participara con VALE en clasificatoria porque Víctor se enfermo. Y pensando que seria un gran compañero (ya que les faltaba un asistencia). En la tarde apenas entraron a la sala empezó la partida, la torpeza del celo se notaba, pero por querer ser útil contuvo al cazador un minuto antes de que Michiko pudiera golpearlo. El Omega sintió un fuerte dolor en su pierna izquierda, pero lo dejo pasar al faltar 3 máquinas.
El cronómetro le avisó que llevaba dos minutos de contención cuando Michiko acertó el segundo golpe, se sintió mal por un segundo pero al ver que quedan dos maquinas se alivió. Su sentimiento duro muy poco al ser levantado del piso las costuras de su pierna izquierda cedieron de manera rápida y dolorosa.
