𝗨𝗡𝗗𝗘𝗥 𝗧𝗛𝗘 𝗜𝗡𝗙𝗟𝗨𝗘𝗡𝗖𝗘 ✧ INUMAKI TOGE

O4 Jelousy?

Una rubia se encontraba practicando; sus patadas hacia un árbol hacían el mínimo daño ya que, no aplicaba ninguna energía maldita en estas.

—Deberías esforzarte más en pelea sin energía maldita— dijo aquella peli verde hacia esta. Maki, quien estaba ahí como su entrenadora temporal por las palabras de su Sensei Gojo.

"Es que no sabe como pelear sin técnica maldita"
Y sin más, la peli verde fue obligada a enseñarle a una alumna de primer año.

—Me estoy esforzando— musitó con enojo la rubia mientras deba tres patadas en el aire hacia el árbol, el cual aún no se rompía.

—Tu técnica es buena pero tu fuerza es mínima, aplica fuerza— dijo Maki ya enojada. Las horas habían pasado y el sol se estaba ocultando a su costado izquierdo. La peli verde solo observaba desinteresada lo que pasaba a su alrededor.

En un intento de desahogo la rubia comenzó a golpear el árbol con sus puños mientras gruñía de enojo. La peli verde frunció el ceño a este tipo de acciones, al parecer la desesperación de ser débil fue mucho para ella.

Maki se dirigió hacia el árbol y lo pateó, partiéndolo de una sola patada. La rubia aún con lágrimas en sus comisuras, su rostro empezó a tornarse rojo de la rabia y gruñó bajo en desconformidad.

—Debes aprender a golpear sin depender de la técnica maldita— dijo Maki mientras se iba mirando como la rubia ocultaba sus ojos con su cabello.

Siempre le decían que no podía, siempre le decían que era inútil. Y cuando pensó que nadie la veía, alguien lo hizo. Lo hizo y iluminó su camino.

Suspiro levantándose, sus mejillas pálidas estaban sucias, había rastros de lágrimas y un sonrojo en su nariz por la rabia y el sol. Caminó dirigiéndose sin gracia hasta aquella máquina expendedora donde se encontró con panda e inumaki.

Metió un billete con su cabeza recargada la máquina, presionando el numero de la bebida.

Miro su reflejo y se veía patética, odiaba como lucia, de donde venía y quien era. Su miseria era indescriptable para los demás.

La máquina se abrió pero no le dio su refresco, esta al ver esto se enojo y comenzó a patear la máquina una y otra y otra vez mientras lágrimas bajaban por sus mejillas.

Era vulnerable, débil y muy patética.

Una mano agarro su pierna de golpe, no se había percatado de aquella persona que estaba ahí. Su tibia empezó a doler, no se había percatado que con las patadas se había lastimado esta parte, la cual ahora se estaba tornando rojo y posiblemente pronto se tornaría morada.

Miró hacia la persona que sostenía su pierna y se topó con aquellos ojos morados que irradiaban preocupación. Su corazón latió de sobre manera y sintió como su rostro se calentaba.

—¿Takana?— La rubia al ya saber a qué se refería, bajo su pierna apoyándola en el piso con cuidado. El peli gris aún con aquella mirada preocupada observó como la rubia soltaba un quejido ya que no podía apoyar su pie en el piso.

—Nop, al parecer me distraje demasiado con mi enojo— dijo la rubia sentándose con cuidado frente al peli gris. Cubrió su cara con vergüenza de verse vulnerable.

¿No había sido demasiado por hoy?

El peli gris fuera de la vista de la rubia: sacó su teléfono y comenzó a teclear rápidamente para después agacharse frente a esta y mostrarle su celular.