2. ¿Quién soy?

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—Ante todo, ¡me alegro mucho que estés bien! —toma mi mano, mi madre vuelve a interponerse y nos separa—

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—Ante todo, ¡me alegro mucho que estés bien! —toma mi mano, mi madre vuelve a interponerse y nos separa—. Yo soy Antonio Lara, fui íntimo amigo de tu madre, tu fuiste lo que ella mas amo. —Estoy confundida, ¿Por qué habla de mi madre como si no estuviera entre nosotros?—. Si estoy aquí es por que siento que le debo a ella cuidar mejor de ti, tu eres mucho mas que todo esto que tienes, Lo que voy a contarte no será fácil para ti.

Su rostro cambio y se puso muy serio despertando más ansiedad de la que ya tenía por escucharlo.

—Tus padres murieron en un incendio, donde se suponía que tú también debías estar.

Me asombro al escucharlo y volteo para ver a mi madre y escuchar lo que ella tendría para decir, pero solo esquivo mi mirada y permanecía con mucha ansiedad.

—¿Murieron quemados?

—Sí, y los asesinos de tus padres son aquellos que ocupan el puesto que te pertenece dentro de tus empresas.

Nuevamente la volteo a ver, pero sigue llorando en silencio.

—¿Mis empresas, soy rica?

—Muy rica, solo quiero decirte que no será fácil recuperar todo lo que te robaron, pero si lo logras, harás justicia a la muerte de tus padres y podrás disfrutar de todo su esfuerzo.

Comenzaba a entender lo que sucedía.

—¿Quién soy yo?

Se levanta del sofá, camina hacia la ventana dándome la espalda y yo lo sigo con la mirada, esperando muy atenta sus palabras.

—Nora, —mete sus manos a sus bolsillos y continua de espalda—. Tu eres la hija de la rosa.

 Permanezco en silencio, sin entender lo que me acababa de decir, pero continuo muy atenta. Voltea rápido, me mira, extiende sus brazos y dice:

—Nora Beltrán, tu eres la legitima dueña de la prestigiosa Casa de las rosas, la fábrica de perfumes más exóticos y prestigiosos del mundo. Tu apellido lleva consigo muchos problemas, pero el único problema que no tiene es el de dinero.

Lo miro con asombro y gratitud, es lo que siempre había querido escuchar. La emoción por sus últimas palabras, habían opacado todo lo anterior para mí en ese momento.

—Ahora que conoces la verdad, deveras decidir si vengar o no la muerte de tus padres, lo que ¡tú! Decidas estará bien, yo me tengo que ir. —me extiende su mano y me entrega una tarjeta de presentación con su nombre— esta es la única forma de contactarme, si deseas hacer justicia yo te respaldare en tu decisión.

Recibí la tarjeta y se marchó, ahora recién comprendo el asesinato de mis padres y enfurezco con mi madre por habérmelo ocultado, necesitaba procesar lo que me acaba de ocurrir. Solo había un lugar donde podía estar tranquila, alguien en quien podía confiar, fui a casa de Lili.

La casa de las rosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora