Jungkook y Tzuyu llevaban dos meses de relación cuando, en una tarde aparentemente normal, Tzuyu le propuso algo inesperado: hacer un trío con otro chico. La idea no fue bien recibida por Jungkook al principio; el concepto lo incomodaba, pero con el...
El nuevo día se asomaba con suavidad a través de las cortinas entreabiertas, dejando entrar una luz tenue que iluminaba delicadamente la habitación. Con un suspiro cansado, se frotó los ojos, intentando despejar los últimos vestigios de sueño. Su cuerpo aún guardaba un leve dolor, resultado de la intensidad de la noche anterior, pero, sorprendentemente, se sentía lleno de energía.
Giró la cabeza lentamente y, al hacerlo, se encontró con una figura masculina a su lado. El hombre dormía de espaldas hacia él, y su atención fue capturada por la elegante curva de su cuerpo. Las sábanas se amoldaban a su trasero de manera tentadora, destacando el contorno con sutil perfección. Sus hombros desnudos sobresalían bajo la luz matutina, resaltando ese tono acaramelado que parecía absorber cada rayo de sol.
Lentamente, su mirada ascendió hasta la cabellera azul que caía desordenada sobre las almohadas, una cascada de color suave que contrastaba con la calma del cuarto. Se veía tan adorable en ese estado de descanso, casi irreal, como una imagen capturada en un sueño del que no quería despertar.
Con una mezcla de curiosidad, estiró suavemente la mano, permitiendo que sus dedos rozaran apenas el rostro del hombre. La calidez de su piel era reconfortante bajo la yema de sus dedos, y, con un gesto delicado, sus dedos se deslizaron hacia su cabello, acariciando con cuidado la cabellera azul que se desparramaba en todas direcciones. El tacto era sedoso, y cada mechón se sentía como un susurro entre sus manos.
Se permitió mirar un poco más, tomando en detalle la calma que irradiaba el cuerpo dormido frente a él. Pero fue entonces cuando notó algo: el cuello, los hombros, e incluso el pecho del hombre estaban salpicados de marcas profundas. Chupetes. Las huellas de la pasión de la noche anterior, aún frescas y visibles, adornaban su piel acaramelada como un recordatorio silencioso de lo que habían compartido. Un rubor suave cubrió sus mejillas al recordar la intensidad de esos momentos, mientras su mirada seguía el rastro de cada marca con una mezcla de orgullo y vergüenza.
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Jungkook se levantó de golpe de la cama, casi tropezando con las sábanas enredadas a sus pies. Con una sonrisa traviesa asomándose en su rostro, fue directo al baño, su cabeza ya maquinando las excusas que le diría a Tzuyu más tarde. Aunque, si era sincero consigo mismo, no había nada de lo que arrepentirse de la noche anterior. Mientras se cepillaba los dientes, recordaba algunos momentos y se le escapó una pequeña risa, que intentó ahogar con la espuma de la pasta de dientes.
Salió del baño aún secándose el cabello desordenado y se dirigió al ropero, buscando algo cómodo para ponerse. Al girar, encontró a Taehyung desperezándose lentamente en la cama, con el cabello revuelto y los ojos medio cerrados, observándolo con una mezcla de curiosidad y sueño.
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