𝗥𝗔𝗥𝗜𝗧𝗢 ★ enzo x julian AU

★ 09

buenass
para las que no
creyeron en mi 🙂‍↕️

Había pasado una semana entera.

Enzo estaba alterado.

Durante los siguientes días en la escuela, solo podía pensar en el omega. Su mente le jugaba malas pasadas pensando si el alfa de ojos claros estaría tocando lo que era suyo, si estaría disfrutando de la buena compañía que Julian era y si estaría besando los labios que le pertenecían. Se alteraba cuando no los veía en el recreo. El corazón parecía traspasar su pecho y su lobo se removía fuerte, arañando con ganas y rugiendo a más no poder.

Odiaba verlos. Odiaba ver las manos del otro en la cintura que él merecía tocar, odiaba que haga reír a Julian, quería dejarlo sin cuerdas vocales para que ya no pudiese contarle un solo chiste más. Lo odiaba tanto. Y odiaba sentir tanto.

"Cristian, Rodrigo y Julian. Enzo, Gonzalo y Leandro. Estefania..."

Ah, y estaba en la escuela.

También comenzaba a disociar sin darse cuenta, claramente. Su novia se había enojado bastante por eso, pero sinceramente ya no le importaba. Su padre había estado diciéndole constantemente que sea un alfa como debía, que atendiera a su omega, que la cuidara, que le brinde atención, que la amara, que no la engañara.

Pero ¿Y si no quería?

Total él estaba con Celeste solo para complacer a su padre y brindarle cierta "felicidad" por así decirlo. Pero ya no quería, ya no quería brindar felicidad, quería ser feliz él por una sola vez en su vida. Igualmente se había sentido culpable. Dios, y cuán culpable se sentía. Se había odiado mucho por, simplemente, pensar en querer ser feliz dañando los sentimientos de su padre. Debía ser un mal hijo, un pésimo novio, un alfa inútil.

Pero para Julian no. Para Julian; Enzo era perfecto, era una gran persona y se lo había hecho saber hace poco.

En uno de esos tantos recreos en donde el alfa solo podía mantener sus ojos fijos en cada movimiento del omega, se había metido a la biblioteca con él. Para suerte de ambos, la bibliotecaria había salido a comprar un café, por lo cual solo se encontraban ellos y algunos alumnos más que simplemente iban a besarse contra las pilas y pilas de libros.

Aquella charla no fue lo que Enzo esperaba.

Había hablado con Julian, sí. Había terminado bien, no.

Intentó convencer a Julian de todas las maneras posibles. Realmente. Lo había hecho. Pero cuando el no del omega había llegado a sus oídos, se había sentido un nene caprichoso cuando no le compraban el juguete de mierda que él quería. Había pataleado, gritado, incluso casi rogado para que Julian aceptara su propuesta de ser prohibidos ante sus respectivas parejas. Pero el castaño no daba el puto brazo a torcer, había hablado de lo buen alfa que era Foden, de lo mucho que lo cuidaba y lo quería.

Aún así, no desmereció a Enzo.

Le había dicho lo antes nombrado. Que era un alfa perfecto, una gran persona, un alfa que cualquiera quisiera tener...