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buenas 🫶🏻


























































El Domingo había pasado rápido para Julian.

Su mañana fue bellísima, se dedicó a hacer su cuidado facial no sin antes bañarse mientras escuchaba música en el parlante que se encontraba en su habitación. Después se aseguró de humectar su cuerpo con cremas hidratantes, sellando todo aquello con un body splash de cerezas.

La vida era linda.

El chico del kiosco, Phill Foden, le había escrito por Twitter aquella mañana. Preguntando como se encontraba, si había comido algo, si estaba libre.

Julian decidió no responder.

En la tarde preparó un bowl de frutas para luego sentarse en la mesita de su habitación, abriendo sus carpetas y fijándose si algo estaba incompleto. Para su suerte, como si la vida lo amara, nada estaba sin terminar o para arreglar. Su día estaba completamente libre.

Kali Uchis acompañaba el ambiente sonando de fondo cuando se sentó a leer encima de su cama. Pasaba página tras página, sus dedos rozando en la tapa del libro...pero no lograba entender nada.

Todo por aquél alfa que estaba dispuesto a irrumpir sus pensamientos cada dos minutos, haciendo que se le dificulte hacer cualquier otra actividad que no sea pensar en él, en sus labios, en su cuerpo y en la manera que lo sujetaba la noche de ayer. Había vuelto a casa con un tinte rosado en aquellas mejillas suaves y tiernas, sonriendo al aire, feliz de lo que le había tocado vivir. Agradeciendo a la Luna por cruzar al alfa en su camino, pensando que todo mejoraría luego de aquél momento intimo.

Enzo estaba todo lo contrario a Julian. Su día había pasado lento, torturandolo a cada hora, cada minuto, cada segundo.

Se arrepentía de haberse dejado llevar el día anterior, temblaba de bronca por haber tocado a aquél omega, odiaba a su alfa por desear tanto al castaño, al omega hombre, y al que tenía rotundamente prohibido querer.

Lo sabía, sabía que si se lo contaba a su padre, este no lo dejaría vivo.

Y a él le parecía bien.

Le parecía bien porque había sido una irresponsabilidad haberse dejado llevar por algo tan prohibido, por algo que no estaba bien, algo que era asqueroso ante los ojos de los demás.

Que para sus ojos no lo era, porque se sentía al cien por cien con solo oler el aroma dulce del omega, el que lo rejalaba en momentos tensos, el que tranquilizaba todo su ser, porque con su presencia hacía que Enzo esté feliz, que le saliera sonreír con más facilidad, porque salía a la luz su lado más protector, más amable, más tierno, más humano.

Pero por desgracia, Enzo se había acostumbrado a vivir para la felicidad de los demás, en especial; para la felicidad de su padre. Porque si a su papá le parecía mal algo, a Enzo también.

𝗥𝗔𝗥𝗜𝗧𝗢 ★ enzo x julian AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora