Una flor de primavera entre tus manos.

12. Alguien Distinguido

Entonces el día de la despedida llego. Todos los sirvientes de la mansion se reunieron en frente para despedir a su amo prometiendo lealtad hasta que este regresara. El clima era frío, los caballos estaban ansiosos, los soldados temblaban aún con más de un par de suéteres encima.

"Cuando te veré de nuevo?" Rick pregunto frotándose las manos para sentirse menos helado. Howlessnow se bajo del caballo. "No lo sé, podrían ser años.. Pero no te preocupes. Regrese lo más pronto posible." Aseguró poniendo una mano en su hombro, sus palabras sonaban tan gentiles y cariñosas que Rick no le lo creía, y se hacía el duro frente a él. "Si claro, como sea, no te tardes demasiado.. no quiero pasar toda mi vida esperandote." Dijo con una voz sarcástica. Howlessnow suspiro y solo le abrazo. Porque esta siendo tan cariñoso? Se preguntaba Rick, desde que llegó aquí estaba decidido a no sentir nada por un tipo como el, no es como que si haga cambiado tanto, solamente.. ahora lo toleraba más.
Rick le abrazo también, cerrando sus ojos un segundo. "No mueras idiota, o si no me quedo con tu castillo." Le Susurro al odio, a lo cual Howlessnow solo se río. Después habrio los ojos y se avergonzó cuando vio el rostro de todos los soldados y sirvientes, se alejo de Howlessnow. "Bueno, bueno. Cuidate." Disimulo la pena y la tristeza que sentía por dentro.
Howlessnow se monto en el caballo otra vez y lentamente se fueron del Reino, hasta que ya no había rastro de él y sus soldados en la amplia nieve.
Entonces así paso una, dos, tres semanas. La reina y Rey salieron del Reino, fueron a visitar al reino Gerainos para averiguar el secreto de su fuerza después de ser sorprendidos por la rápida recuperación de Rick. Se la pasaba horas en su habitación, estudiando de vez en cuando, leyendo libros en la librería gigante que había en la casa. Como comprometido del príncipe estuvo a cargo de mantener el lugar en paz, no era un experto en papeleo así que por ahora un mayordomo de la casa le estaba ayudando a aprender sobre la situación del Reino,  pero la mayoria del tiempo este no se lo tomaba enserio. Todo estuvo a sus pues hasta que llego Ms.Delminton . Entró por la puerta con un aura egoísta, pidiendo la mejor cámara de huésped, y luego se presentó con Rick como la anfitrióna temporal. "Usted príncipe de Gerainos, todavía no a cumplido la edad suficiente para hacerse cargo de un Reino por sí mismo." Le dijo tomando una taza se te. "Por eso- yo una señorita distinguida me haré cargo de todo. Solo manténgase en casa, y no se, coma galletas." Maldicion, que tipo de mujer era, Rick no lo sabía pero lo que si sabía era que le repugnaba, hasta le recordaba a cierta difunta. Rick sabía que algunas de sus palabras eran ciertas no le dio importancia. "S-señor lo lamento, es que he estado ocupada con la fiesta." Sollozo una sirvienta después de que Rick le haga reprochado sobre su habitación llena de polvo. "Fiesta? De qué fiesta estás hablando." Rick pregunto confundido levantándola del suelo. "No llores, no es para tanto, ahora prosigue a contarme." La sirvienta asintió y se limpio las lágrimas. "La fiesta de la señorita Demilton." Susurro apuntando hacia afuera, estaban construyendo una cabaña de madera pequeña en el patio!
Rick salió disparado de su habitación con las manos. Con las manos en la cintura entró en la cabaña, mesas con botellas de vino, bandejas de comida, utensilios de plata. Pero que locuras estaba asiendo esta señora. "Adonde está la señora Demilton?" Le pregunto a la sirvienta exaltado. "E-en la terraza." Dijo la sirvienta y luego salió disparada a ayudarle a otras que estaban sosteniendo un cofre con perlas. Rick se dirigió hacia la terraza, tratando de caminar rápido por todas esas escaleras. Cuando llego trató de habrir la puerta, pero esta estaba cerrada completamente, forcejeo hasta que algo le llamó la atención
-"Todo esta yendo de maravilla cariño, pronto este palacio será nuestro..." Una mujer reia.