Segundo acto

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Recuerdo lo que pasó al momento de dar el primer paso dentro de aquella ciudad, un hombre grande con una lanza enorme se interpuso en mi camino. Su mirada era sombría y su lanza también, llevaba una pesada armadura de plata y sus botas tenían laminas de la misma armadura. Tenia unos sus brazos y piernas eran enormes y musculosos. Cuando habló, su voz era como la de un barítono.

-¿Que haces aquí, extranjero? -Me pregunto con una frialdad poderosa.

-Y-yo... solo estoy perdido -Dije con lágrimas en los ojos-. No se donde estoy y tengo miedo.

-Bueno chico, tranquilízate. -El guardián posó una mano en mi hombro- Si dejas de llorar, te diré en donde puedes quedarte por ahora.

Obedecí lo que me dijo y me enjugué los ojos. Aun se veían rojos e hinchados pero en vez de estar triste mostré una sonrisa tímida e infantil.

-Por cierto... ¿Cual es tu nombre, chico? – Preguntó de repente

-Ammm... bueno – Titubeé un poco recordando mi verdadero nombre. Me rendí y dije el primer nombre que me vino a la mente. – mi nombre es Hector, señor.

- Esta bien Hector. – Sonrió el guardián – Un gusto en conocerte, mi nombre es Marcus, Guardián de la ciudad de Verona.

- El gusto es mío, Marcus.

Le tendí mi mano para saludarlo con una sonrisa de oreja a oreja y Marcus lo estrechó con mucha fuerza. Al principio de dolió hasta el hombro pero luego el guardián lo noto y soltó mi mano inmediatamente disculpándose por su "Exceso de fuerza". Cuando escuché el nombre de la ciudad recordé algo sobre un libro que había leído hace unos años, creo que se trataba de una novela de Shakespare o algo así, pero bueno eso ahora no importa mucho, de repente me dio mucha hambre y me sentía muy exhausto, tenia que comer y dormir todo lo posible o si no podría morir sin haber conocido este maravilloso lugar.

-Disculpa Marcus, ¿De casualidad sabes donde es ese lugar que me dijiste antes? Tengo bastante hambre y no he dormido muy bien.

El guardián me miro de hito en hito para determinar mi condición actual. Notó que tenía un par de ojeras profundas y signos de desnutrición. Su semblante se torno seria y preocupada por lo que clavó su lanza de la punta al suelo y me cargo como si fuera un costal. Me percaté que no debió de usar mucha fuerza para cargarme ya que no debía de pesar mas que un costal de patatas.

- Oye chico, no recuerdas la ultima vez que comiste y/o dormiste – Me preguntó muy preocupado. Íbamos esquivando la gente que se interponía en su camino y metiéndonos entre calles y pasadizos obscuros.

-La verdad no lo se – Cavilé un momento, calculando el tiempo que llevo en este lugar -. Tal vez uno o tres días.

-¡Por todos los Dioses! – Farfulló Marcus con enojo -, esto es muy grave. Debo llevarte a una posada ahora mismo.

En ese momento no sentí cuando Marcus me cargo en sus brazos y salió corriendo para encontrar una posada, la calle estaba infestada de personas mientras el guerrero zigzagueaba entre la multitud y se metía entre las calles estrechas como si ya supiera el camino para llegar mas rápido. Lentamente cerré mis ojos, pero antes de perder el conocimiento pude ver un resplandor frente a mi, después de ello me quede dormido.

Espero que les esté gustando esta historia n.n pueden comentar si le falta algo que mejorar o lo que gusten :)

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⏰ Última actualización: Jul 15, 2015 ⏰

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