El día más caluroso del verano llegaba a su fin, y el silencio se extendía en la Residencia Williamson, solo rotó por las suaves melodías de un violin qué salian del salón principal. Cortinas de seda blanca, muebles de madera de roble y delicadas pinturas y fotografías decoraban el elegante espacio.
En el se encontraban varias personas. Una mujer mayor de expresión seria y rasgos aristocraticos se encontraba observando con ojo crítico a la joven vionilista. Alrededor de la sala habían otras tantas personas, acomodadas en los sillones y sofás, o incluso de pie cerca de las ventanas, pero la atención de todos estaba en la violinista, la cual era, por mucho, una de las más joven en la sala.
Didi Rose B. Fay Rivera Williamson siempre fue considerada por muchos como hermosa. Desde pequeña todo el mundo siempre comentaba lo bonita que era. Era una jovencita alta y delgada, con rasgos delicados. Tenía el cabello largo, el cual muchas chicas de su escuela envidiaban, de color castaño oscuro pero no ese castaño aburrido que casi todo el mundo tiene, el cabello de la joven parecía brillar constantemente, lleno de vida y alegría. Pero lo que a la gente siempre le gustó más del aspecto de la joven, siempre fueron sus hermosos y penetrantes ojos azules. Eran de un azul oscuro, como el mar de noche y siempre eran expresivos, a diferencia del resto del rostro de la joven, el cual siempre fue difícil de leer para todos sus conocidos.
Sus suaves manos sujetaban el violin y el arco con la dedicación y delicadeza de alguien que tiene años de experiencia con el instrumento. La suave música del instrumento bailaba por el aire como si volase. Llenando los oídos de los presentes con su dulce melodia. Cuando termino la pieza, todos irrumpieron en aplausos mientras la joven bajaba el violin.
—Hermoso, sinceramente hermoso—decía una mujer de nariz larga y delgada. Usaba un sencillo vestido azul claro, muy modesto, reflejando qué la mujer no era de los círculos de alta sociedad que normalmente visitaban la casa, aunque se paseaba por esta como si hubiera nacido en una cuna de oro.
—Soberbio—Dijo Mr. Edmund Williamson, un hombre muy alegre que era primo segundo de Didi, heredero de los Williamson y un genio para los negocios, mientras aplaudis fuertemente.
—Ha recibido una educación una exquisita—comento otro de los invitados—No esperaría menos de una Williamson.
—Si—dijo Lady Caroline Williamson, bisabuela de Didi, una mujer con los modales clásicos de la Inglaterra del siglo pasado, tantos muggles como de los sangre pura y la guardiana y tutora legal de esta.—Lady Diana siempre ha teniado la mejor educación que el dinero pueda comprar. En cuanto quiso aprender a tocar violin, tuvo a los 15 mejores maestros de Europa en casa en menos de una semana.
Varios rieron como si la mujer acabaste de decir algo hilarante. Didi solo suspiro internamente. Había convivido con Lady Caroline desde los 7 años. Había sido enviada con ella luego de que su abuela falleciese en La Habana, ciudad en la cual Didi se había criado hasta la muerte de Anne Rivera, difunta hija de Lady Caroline. Anne Rivera era una mujer relativamente joven para ser abuela, también era un amor de persona y muy paciente con Didi, muy diferente a Lady Caroline, la cual la criaba extrictamente. Aunque nunca la había lastimado, no era la personas más cariñosa del mundo.
Con el tiempo, Didi había aprendido que la mejor manera de evitar problemas con su bisabuela, era seguir sus reglas de etiqueta. Al menos superficialmente. Su Bisabuela no tenía razón ni manera de enterarse de que en Hogwarts, Didi regalaba los vestidos a niñas que de verdad los quisieran. Tampoco tenía que saber que en vez de llevar los caros zapatos que su prima, Lady Brianna, le había traído de España, estaba usando unas botas de combate de mujer. Mucho menos sabía que Lady Diana estaba tocando un cover de violin de la canción “Baby said” de la banda Måneskin, Lady Carolina no escuchaba cosas tan vanales como el Rock and Roll.
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Between Hidden Lines- Mattheo Riddle x OC
FanfictionDidi Rose B. Fay y Mattheo Thomas Riddle, dos nombres conocidos en el mundo mágico y en Hogwarts. Didi y Mattheo son dos almas solitarias, guerreras en mundos opuestos, que desafían las creencias sobre el amor. Ella ve el amor como un doloroso engañ...