Capítulo 03: Bala de la mudanza.

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Vaska

Otra bala pasa zumbando por encima de nuestras cabezas y Milenne, se agacha justo a tiempo antes de que la bala perfore su cerebro y se reúne conmigo detrás del inmenso sofá de su sala de estar mientras que un silencio tenso, cae en todo el lugar.

El sonido de nuestras respiraciones ligeramente agitadas por la adrenalina del momento, era lo único que rompía el silencio.

—¿Lograste ver algo?— inquiero en un susurro.

—No— responde en el mismo tono de voz que el mío—. A esta hora de la mañana, los rayos del sol hacen reflejo en el edificio del frente, por lo que no puedo tener una buena visibilidad del hijo de puta que ha tenido la osadía de dañar mi apartamento.

—Este silencio no es bueno, Milenne.

—Lo sé— asegura con una mirada oscura en sus ojos verdes—. Está esperando a ver quién de los dos es el más estúpido para salir del escondite, y poder darle una bala entre las cejas— me mira con una ceja arqueada, mientras que entrecierro mis ojos en su dirección ante la ironía de su mirada, esperando que a suelte todo su veneno—. Aunque, no me molestaría ahorrarles un poco el trabajo al lanzarte fuera del sofá, bastardo.

Sí, esperaba algo como eso viniendo de ella.

Era más que obvio que no era su persona favorita en este mundo, no es que ella fuera una perita en dulce, pero llevaba años esperando por este momento, y no pensaba detenerme hasta obtener mi objetivo.

Milenne.

Pasa otro lapso de segundos de silencio tenso en la habitación, antes de que mueva un poco en el suelo, buscando una mejor posición para mantenernos cubiertos, pero cuando alzo la cabeza un poco, otra bala zumba cerca de nosotros y escucho como algo se rompe detrás de nosotros y veo como Milenne, me mira con cierta exasperación.

—Vas a pagar por los daños, Kovalenko.

—Estoy seguro que mi cuenta bancaria, no llorará al reponer todos estos muebles de pacotilla que tienes, Malishka— agrego en un susurro burlón—. Tienes buen gusto... pero el de los pobres, tal como lo esperaba de la gran princesa de la Bratva mimada y caprichosa.

—Lo dice el que tiene que pagar por una prostituta para que le hagan una mamada, porque sus frases de ligue han quedado completamente obsoletas, al igual que tu edad, Vaska— la fulmino con la mirada, se ríe con ganas ante mi ceño fruncido—. No son de este siglo, y estoy más que segura que más de una mujer, creyó que eras un degenerado del siglo XVIII con tus frases de conquista.

—Al menos, no me ofrezco como zorra al primer hombre que tiene un buen culo detrás de los pantalones, Milenne— refuto, se vuelve a reír con ganas.

—Sin embargo, soy la zorra que sabe cómo conquistar hombres sin la necesidad de verlos como un degenerado y pervertido constantemente...— tose falsamente, tratando de ocultar su sonrisa—...no como otros, y con otros, me refiero a ti, bastardo.

Hija de puta.

Aunque, reconocía que era entretenido ver la manera en que Milenne, siempre encontraba una respuesta a mis provocaciones. Sin importarle que tengo el mismo poder que su padre, para castigarla por sus faltas de respeto, pero no precisamente de una manera apta para jóvenes menores de dieciocho años.

Significaba que nuestro matrimonio, no tendría una desigualdad tan llena de mierda como otros que he visto a lo largo de mis cuarenta y cinco años, y por alguna razón, me gustaba el hecho de que Milenne, sea capaz de defenderse incluso de mí.

No sé cuánto tiempo pasa con el silencio de la sala de estar, y me tomo un momento para mirar a mi prometida, quién tiene el ceño fruncido mientras no deja de mirar a nuestro alrededor con el ceño fruncido en una profunda concentración que llama mi atención.

Lazo PerversoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora