2. Chico de Sokovia

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Happy puede llamarme loca si quiere, pero amo usar el piso de mi pequeño estudio de ballet mientras leo con solo una almoahada en el piso. Es simplemente maravilloso, me distrae del caos de tener muchas personas en casa o, peor, personas que no conozco cerca.

Desde que media Sokovia desapareció gracias a Ultron, dos chicos que encontraron en HYDRA llegaron a vivir a la Torre. Son Gemelos, chica y chico, más o menos de mi edad, pero no tengo idea sobre qué hablarles o cómo acercarme. Pense en acerccarme a la chica, Wanda, pero se la pasa con Jarvis que ahora tiene un cuerpo y se la pasa entrando por las paredes a cada habitación que ve, por cierto ahora se hace llamar ¿Visión? El otro chico, hermano es algo aparte. Está casi siempre con ellos, como un niño celoso del novio de su mamá, o entrenando con Nat o Steve.

—¿No es raro leer en un cuarto lleno de espejos? —preguntó una voz con un acento muy marcado desde la puerta.

Me sobresalté y apenas levanté la mirada del libro para notar que me reflejaba en cada espejo.

—Lo raro es que estés aquí a esta hora. Es medianoche —dije apartando la mirada de mi libro y reincorporándome pero aun permaneciendo sentada en el suelo.

—No nos han presentado formalmente —habló encogiéndose de hombros y entrando hasta quedarse al lado mío en el suelo.

—Soy Pietro —dijo extendiéndome su mano.

—Serena.

—¿Eres la hija de Stark? ¿O de la señora Hill?

—Ambos.

—Wao, es una combinación extraña —fue lo único que dijo.

Solté una pequeña risa —Créeme, lo sé.

Eso sin duda fue el inicio de algo. Las interacciones con él se volvieron más frecuentes con las semanas. Casi todo el tiempo lo encontraba en la cocina tratando de preparar café a velocidad sobrehumana.

—¿Sabes que puedes hacer las cosas despacio, cierto? —dije viéndolo correr por la cocina mientras me servía un tazón de cereal.

Él se detuvo y soltó una risa —¿Dónde quedaría la diversión ahí?

Rodé los ojos mientras me llevaba una cucharada de cereal a la boca. Él tomó otra cucharada para así tomar de mi desayuno.

—¿De verdad? —dije mirándolo con una ceja alzada y una leve sonrisa en mi rostro.

—Claro, compartimos el espacio, compartimos el desayuno —dijo guiñandome un ojo, apoyado en la encimera.

Al principio, me sorprendió lo fácil que era estar con él. No era alguien que hablara mucho, pero su presencia era enérgica, algo que me hacía sentir... más despierta. Poco a poco, esas interacciones se volvieron parte de nuestra rutina. Pasábamos tanto tiempo juntos que lo único que nos separaba eran las misiones. Y aunque trataba de no pensar demasiado en eso, me sorprendía lo mucho que lo echaba de menos cuando no estaba.

Los demás empezaron a notarlo. Tony era el único que se negaba a verlo, o aceptarlo, hasta que una mañana entró a la cocina y le vio  robando mi cereal, como de costumbre.

—¿Vas a seguir robando mi desayuno? —dije con falsa seriedad.

—No te preocupes, guapa. Compartimos espacio, compartimos desayuno, lo tuyo es mío —respondió él, inclinándose hacia mí como si fuera a besarme.

Justo en ese momento, Tony entró en la cocina y nos miró con curiosidad. Su mirada no me intimidó, pero sentí ese pequeño nudo en el estómago, como cuando sabes que algo está a punto de cambiar.

—Nos vemos luego, Cap me espera —dijo Pietro  dedicándome una sonrisa antes de irse.

Tony se quedó allí, viéndome con una mezcla de sorpresa y algo que no lograba descifrar.

—¿Así que Speedy y tú? ¿Si le debo 5 dólares a Cap, o no? —preguntó finalmente mientras entraba a la cocina.

Sonreí divertida. A veces, papá me sorprendía más de lo que creía posible.

Digo  ¿hacer una apuesta con el Capi? Sin decirme, no podría burlarme desde 0.

—Le debes 5 dólares a Cap —dije, sin poder evitar reír.

Me preparé para lo peor cuando comenzó a servir café mientras me observaba en silencio, esperé algún sermón o advertencia, pero lo que vino fue algo que no esperaba en absoluto.

—¿Y tú cómo te sientes con todo esto? —preguntó, su tono más serio, aunque todavía amigable.

Me quedé pensativa por un momento. ¿Cómo me sentía? Había sido todo tan natural, tan fluido. Era algo que ni siquiera me había detenido a pensar, porque todo parecía... correcto. Pero escucharlo de Tony, hacerme esa pregunta... fue como si por primera vez, alguien validará mis sentimientos. Como si él realmente quisiera saber cómo estaba. Algo que no siempre sucedía en medio del caos en que vivíamos.

—Es... diferente —respondí, con una sonrisa suave—. De buena forma.

Tony asintió, tomando un sorbo de su café. Luego, dejó la taza en la encimera y se acercó a mí.

—Sabes que siempre voy a estar aquí, ¿verdad? Después de todo soy tu papá —dijo, poniendo una mano en mi hombro—. Si Speedy se pasa de listo, tendré que intervenir. Bueno Iron Man tendrá que intervenir

Sonreí, sabiendo que en el fondo solo quería protegerme y que fuera feliz.

—Lo sé, Tony, Gracias.

Con eso, Tony se retiró de la cocina, pero me quedé con una sonrisa en el rostro, sintiendo que, de alguna manera, todo estaría bien.

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—Gigi🔧

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⏰ Última actualización: Oct 12 ⏰

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𝐖𝐡𝐲 𝐇𝐢𝐦, 𝐖𝐡𝐲 𝐘𝐨𝐮 || 𝐏𝐞𝐭𝐞𝐫 𝐏𝐚𝐫𝐤𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora