𝘌𝘷𝘦𝘳𝘺𝘰𝘯𝘦 𝘭𝘰𝘷𝘦𝘴 𝘉𝘭𝘶...? | A Rio Fan-Fic

𝙼𝚎𝚕𝚒𝚏𝚕𝚞𝚘

Ship: Perla x Blu

—¡Mamá! ¡Papá!- Grito desesperada, mientras las manos humanas aprisionaban su cuerpo. 

 Sus recuerdos eran tan claros como el agua, sentía el frío del metal impactando contra ella, las risas de aquellas bestias solo empeoraban la situación, y los constantes truenos eran la clara evidencia de que todo estaba por empeorar. 

 Pero aquello era solo una pesadilla. 

 Perla despertó, agitada y asustada, apenas sintió algo moverse a su lado. Los golpeteos en la ventana dieron a entender que ahora estaba lloviendo, lluvia que solo le dejo un mal sabor de boca. Es curioso pensar que, cada vez que aparecían esa clase de sueños, siempre terminaba despertando y dándose cuenta de que estaba lloviendo. 

 —Ah, lo siento, ¿Te desperté? 

 Cayó en cuenta de que ya no se encontraba en la jaula. El sonido del aire acondicionado, junto al leve olor de la canela fuero señales suficientes para saber que estaba en el santuario de Linda y Tulio, junto al ave que tanto amaba. 

 —No... Yo...- ¿Qué podía decir? Su mente estaba opacada por los malos recuerdos de esa fatídica noche. —Solo fue una pesadilla.

 Blu conocía perfectamente la situación por la que había pasado su pareja. Perla no había entrado en detalles, menciono como fue capturada y alejada de su hogar, para luego ser rescatada y mantenida en confinamiento, investigada por varios científicos al ser su especie una de las pocas que se tenían registro..La habitación se quedó en silencio, Perla sin saber que decir y Blu intentando buscar la manera de apaciguar aquel remolino que la estaba atormentando. 

 —¿Sabías que las nubes pueden pesar más de una tonelada?- Interrumpió el silencio, captando la atención de la hembra —Acumulan mucha agua gracias a la evaporación del agua, pero las moléculas dentro de ellas mides micromilímetros, lo que es raro si siempre están flotando. 

Para algunos puede considerarse como una vaga forma de aligerar el ambiente, pero para ella, era lo mejor que podía hacer. Si bien no entendía lo que su pareja estaba diciendo, la forma en como lo expresaba y la tranquilidad con la que se comunicaba hacían que todo aquello que le abrumaba, se desvaneciera para escucharlo. 

 Pueden haber sido minutos u horas, pero Perla se mantuvo escuchando cada cosa que decía el Spix. Amaba su voz y siempre fue tan adictiva que la hacía sentir segura con una sola palabra, era una dulce melodía que le daba los mejores sueños, mucho más si estaba a su lado. Las gotas que, en un inicio le eran molestas, se transformaron en un buen ambientador, el olor a canela impregno el aire mientras sus ojos se cerraban poco a poco, recostándose junto a su cónyuge y futuro padre de sus hijos.

Blu, al verla ceder a los brazos de Morfeo, paro de hablar y la abrazo para que pueda dormir mejor, esperando que al día siguiente, pueda disfrutar de todo lo que tenían ambos ahora.