Vómito de Arcoíris- Itafushi/Fushiita.

01

Un suspiro exhausto salió de sus labios por quinta vez en la hora de tiempo libre que llevaba compartiendo muy para su desgracia con el pelirosa hiperactivo. El pelinegro estaba harto de todas sus tontas preguntas, ¿Por qué se le habrá ocurrido aceptar su estúpida y sin ningún tipo de futuro, propuesta? Se hubiera quitado un peso de encima y sus pensamientos no estarían revueltos como loco. Si tan solo supiese resistirse un poco más a la hora de decirle que no al chico alegre míster "adoro la vida" que ponía de buenas y a bailar incluso a una triste mosca, no estaría pasando eso, o bueno, quizás sí pero vamos, que debió de decirle que no.

Al lado de Itadori, Megumi se sentía como la maldita tristeza absoluta, ¡no era absolutamente nada comparado!, mientras Yuuji siempre llevaba prendas coloridas, Fushiguro estaba conforme con cualquier trapo que encontrase en su armario a base de camisetas negras, blancas o grises y pantalones o chándals usualmente negros. Ironías de la vida que al final de cuentas terminase siendo su mejor amigo.

Aunque ese realmente no era el tema, el caso es que llevaba todo el poco tiempo de descanso pregunta tras pregunta y ya comenzaba a agobiarle pese a que le mandase a callar o le respondiese de forma corta aunque ya todo eso lo hiciese incluso en una situación normal.

─ ¿Cuándo me enseñarás, Fushi? ¿y cómo planeas hacerlo?, ¿Me presentarás a alguien?, ¿chico o chica? ¿Tiene un gran trasero?, ¡quiero enamorarme de alguien que tenga un gran trasero! Así si da gusto amar.—Continúo diciendo sin importarle mucho lo cortante de Fushiguro. Sabía que de todas maneras, su queridísimo amigo lo adoraba aunque eso fuera algo que nunca, realmente nunca admitiría en voz alta.

Megumi cuando justo le iba a contestar con algún insulto o alguna frase en donde predominase mayormente la ironía, se acercó cierta castaña tirando casi a naranja corriendo portando el uniforme de la universidad. Su falda moviéndose al ritmo de sus agigantados pasos al igual que su cabello que caía por sus hombros de forma natural. Finalmente se detuvo frente a los dos bajo la atenta mirada curiosa de Itadori y la sin expresión alguna como siempre de Megumi, apoyándose en sus rodillas por la carrera no acostumbrada al esfuerzo físico.

─Uhm.. hola, chicos.—Saludó primero que todo sin muchas ganas pero respetuosa al haberse recuperado volviendo a tomar una compostura recta e envidiable mientras dejaba caer sus manos en su cintura y les daba una mirada filosa.─¿Pensáis venid a la fiesta de mañana en casa de Okkotsu?—Fue que entonces dijo analizandoles la expresión. Megumi suspiró otra vez rendido a que el día mejorase luego de escuchar el nombre. Itadori en cambio sonrió con energía a la par que sus ojos brillaron y afirmaba con total confianza.

─¿Hará una fiesta?, ¡Que bien!, Estaremos ahí seguro.—Nobara fue entonces que sonrió como si hubiera sabido desde el principio la respuesta de ambos (pese a que Megumi no hubiese objetado nada al respecto, resignandose rápido a pasar por el duro proceso de un Itadori insistiendole toda la jodida mañana) y echó su cabello para atrás sutilmente con una mano, en una acción algo egocéntrica como usualmente solía ser.

─¡Perfecto!, pues me acompañareis de compras. Me aburre la ropa de mi armario.—Soltó con total naturalidad, Megumi quiso que toda la tierra se lo tragase ahí mismo si era necesario, y vaya que lo era. Y se quejaría a no ser porque nuevamente fue interrumpido por un tercero, una extrañable chica en la que ni siquiera se había fijado hasta que se acercó a meterse en la conversación.

─¿Escuché compras?—Dijo sonriendo cálidamente, Megumi solo le mandó una mirada sería como siempre aunque no iba con intenciones de odio en sí, solo analizandola y preguntándose quien diablos era, y porqué había llegado de la nada. Itadori se le quedó mirando en silencio, Fushiguro lo notó claramente.

Kugisaki asintió efusiva en lo que la miraba también analizandola con la mirada aunque no tan acusadoramente como Megumi o tontamente como Itadori, más bien verificando el hecho de que era guapa y tenía un buen estilo y gusto de la moda, dignandose solo por eso a contestarle.─Así es, ¿te nos unes?—Ofreció aún cuando ambos chicos ni le habían afirmado que irían, Yuuji miró con más atención a la chica desconocida buscando una afirmación por su parte. Megumi nuevamente se dió cuenta de aquel gesto inquesitivo, ¿será que igual Itadori se había interesado por alguien? De cualquier manera, sintió un agrio sentimiento en el estómago que decidió ignorar.