Hoseok y Taehyung tenían una relación desde hace mucho tiempo, todo parecía ir bien a pesar de que a cierta mujer que no le agradara completamente la idea de que su hijo se emparejara con otro hombre. Pero las cosas darán un giro inesperado cuando...
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La mirada oscura e intensa de Hoseok calaba lo más profundo de mi ser, me hacía sentir demasiado nervioso y pequeño ante el.
- ¿Quién es ese que acaba de irse?- Sus palabras frías y cortantes me hicieron estremecer, quizás la sorpresa de no oirlo ser cariñoso, como siempre fue.
- Yugyeom...
- ¿Quién mierda es Yugyeom?
- Mi mejor amigo y el doctor que me ha ayudado todo este tiempo.
- ¿Estás enfermo?- Su tono cambió a uno más preocupado.
- No... Déjame explicarte.
- Hazlo.- Suspiré porqué sabía que estaba enojado a pesar de haber sonado tan diferente por teléfono, incluso así vino tan rápido cuando le envié mi dirección, quizás esperaba verlo llorar o que me abrazara, quizás que me besara pero no fue así.
El se comportaba frío y cortante conmigo, aúnque en sus ojos podía ver desesperación, solo está resentido y está en todo su maldito derecho.
- Hace un año.- Tragué grueso antes de continuar.- Descubrí algo en mi, era mi deber alejarme y que nada de lo que pasará conmigo por como yo era, te afectará de algún modo, no quise arrastrarte conmigo.
- Eso es lo más egoísta que he escuchado en mi vida Taehyung ¿Por mi bien? ¡Me destruiste la maldita vida!
- Hoseok no grites por favor....- Mi voz apenas se escuchaba y las lágrimas ya amenazaban con salir.
- ¿Por qué? ¿Hay alguien más aquí contigo? Tu...- Levanté la mirada para verlo a los ojos- ¿Me déjaste por alguien más? ¡Es eso! ¿No es así?
Mis ojos se abrieron en demasia y negué frenéticamente con lágrimas saliendo de mis ojos.
- Hoseokie no...
- ¡No! No me llames así, solo mi Taehyung puede llamarme así, solo aquel hombre que de verdad me amo, que me hizo feliz, que fue mío puede decirme así ¡Tu no!
Aquello fue como un detonante para mí, mi corazón se rompió al ver lo mucho que mi partida le había afectado y lo entendía, entendía perfectamente que se sintiera así.
Eso dolió aún más.
Bajé la cabeza y coloque mis manos en mi cara tratando de controlar un llanto alto, mientras escuchaba sus sollozos, el estaba tan roto como yo e incluso mucho más.
Sin embargo...
El llanto de Taeseok se escuchó desde mi habitación y en ese momento recordé el porqué había llamado a Hoseok en primer lugar, nuestro hijo...
Quité las manos de mi cara para verlo, pero el estaba en shock y cuando sus ojos vieron a los míos el fruncio su ceño con confusión. Me levanté rápidamente para ir por Taeseok, pero no conté con que el me seguiría hasta la habitación, al entrar ví a Taeseok en mi cama intentando voltear su cuerpo boca abajo mientras lloraba.
