-Bueno, eso es todo chicos, os podéis ir.
Gracias a Dios, por fin ha terminado esto. Odiaba las charlas de trabajo. Lo único que me gustaba era que nos daban días libres y podíamos visitar la ciudad en la que se daba la charla.
En cuanto mi jefe terminó de hablar recogí mis cosas y me fui lo más rápido que pude. No pensaba quedarme un minuto más en ese edificio.
Salí rápidamente, tube suerte ya que nadie me paró por el camino.
Una vez fuera volví al hotel donde ibamos a pasar la noche, me cambié de ropa y me fui.
Habíamos quedado algunos compañeros para ir a cenar por ahí y tomarnos unas copas, por lo que opté por un vestido plateado con brillantes y unos tacones.
Habíamos quedado en el restaurante de un amigo de uno de mis compañeros, concretamente de Niall.
Cuando llegue ya había algún compañero esperando en la puerta. Los saludé y nos pusimos a charlar mientras llegaba el resto.
Cuando ya estábamos todos entramos en el restaurante. Enseguida salió un chico a saludarnos.
-Hola, bienvenidos a Nando's. Yo soy Liam y soy amigo de Niall.
-Hola Liam, ¡cuanto tiempo! - exclamó Niall mientras saludaba a su amigo.
-Bueno pasad, vuestra mesa es esa. - nos guió Liam.
Había una mesa con diez asientos ya preparada con un cartelito de reservado. La mesa estaba junto a un ventanal desde el cual se podían apreciar unas vistas espectaculares de la Chicago.
La cena estuvo genial. La comida estaba deliciosa y el ambiente era perfecto.
Después de cenar fuimos a un bar de copas que estaba cerca del restaurante.
Entramos al club. La iluminación estaba baja pero lo suficientemente para ver y había luces de colores. También había un DJ que pinchaba las canciones y una barra con camareros sirviendo copas. Nos sentamos en una de las mesas y cuando vino el camarero nos tomó nota de lo que queríamos.
Después de un rato algunas de mis compañeras y yo salimos a la pista de baile mientras los hombres se quedaban en la mesa. Poco a poco se fueron animando y salían a la pista a bailar.
De repente escuché a alguien detrás mío.
-Hey, hola.
Seguro que es a otra persona.
-Hey, la del vestido plateado.
Pues si va a ser a mi.
Me giro. Y veo a un chico bastante atractivo. Tenía el pelo moreno y un poco desordenado. Y era bajito, aunque no más que yo.
-¿Es a mí? - pregunto.
-Creo que no hay más chicas con un vestido plateado por aquí. Hola, soy Louis.
-Hola, yo soy ___.
-Encantado.
-Igualmente.
-¿Y que haces tú por aquí sola?
-Oh, no estoy sola, he venido con unos amigos.
-Pues yo aquí te veo sola.
-Esque están por ahí bailando.
-¿Y te dejan sola?
¡¿Pero este tío de que va?! De verdad que ya me estoy empezando a cansar.
-No me han dejado sola. - respondo con un tono cortante.
-Una chica como tú no debería estar por ahí sola en un sitio como éste. Hay gente muy mala.
-Si, cómo tú.
Se quedó callado, es más, yo diría que estaba flipando.
-Así que ahora mismo te estás alejando de mí si no quieres que llame a seguridad. - me dispuse a darme la vuelta pero me agarró del brazo.
