El eco de la sangre

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La noche se cernía sobre la mansión  de los Armstrong, un antiguo bastión del clan vampírico que había sobrevivido a siglos de enfrentamientos. Becky, con su cabello negro y ojos de un rojo profundo, se preparaba para el banquete anual que conmemoraba la historia de su familia. Sin embargo, una inquietud la invadía; sabía que las tensiones con el clan rival, los Chankimha, estaban al borde de estallar.

Mientras el eco de las risas y conversaciones resonaban en la gran sala, Becky se deslizó al jardín, buscando un respiro de libertad. Las sombras de los árboles parecían danzar con el viento, y en silencio, pudo sentír la presencia de algo —o alguien— que la atraía incontrolablemente.

En el otro lado de la ciudad, Freen, de cabello negro azabache y mirada intensa, observa desde lo lejos con recelo la fortaleza Armstrong. Como miembro del clan Chankimha, había sido educada en el desarrollo de sus habilidades como una estratega vengativa y audaz. Pero, en su interior, había un anhelo que la desafiaba; la curiosidad por la leyenda tan antigua que circulaba por generaciones "La maldición de las almas gemelas".

Cuando la luna llena se alzó en el cielo, Freen decidió cruzar la frontera. *(modo latino)*  Mientras se acercaba al jardín, el aroma a sangre y flores la envolvió. Becky sintió un escalofrío en toda su espalda dorsal, algo en el aire había cambiado. En ese momento, sus miradas se encontraron.

—Eres de los Chankimha—murmuro mirándola fijamente, totalmente tensa.

—Y tú de los Armstrong—respondió Freen, sin apartar su vista. Pero, en su lugar de una tensión vengativa, sintieron una conexión más  allá de sus clanes. Era como si sus almas se reconocieran, un eco de una historia no contada.

Ambas conscientes de la historia que rodeaba ambas familias; una maldición que unía a las almas gemelas en amor y guerra. El destino había cruzado ambos caminos de sangre, y la atracción era inevitable, pero también peligrosa.

De repente, un grito desgarrador rompió el encanto del momento. Un grupo de vampiros Chankimha había irrumpido en el banquete, buscando venganza por antiguos agravios. La batalla se desató en un instante, y la sangre manchó el suelo.

Becky y Freen, atrapadas en medio del caos, se vieron forzadas a luchar lado a lado, una unión impuesta por la adversidad. Mientras los colmillos relucían y las espadas clicaban, compartiendo no solo el horror de la guerra, sino el entendimiento que lo que las unía podría ser clave para romper la maldición que las asechaba.

A medida que la noche avanzaba y las sombras se espesaban, la batalla desatada y la conexión de ambas chicas apenas había comenzado.


Almas malditasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora