3. Contigo

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El sol se mostraba ante sus párpados cerrados lo que hizo que frunciera el ceño juntos con un par de quejidos más.

-Es muy temprano, aún no quiero despertar- El peliverde se quejaba. Siempre era complicado levantarlo, sobre todo los fines de semana o en vacaciones.

Pero otro rayo de sol le apuntaba directamente en su cara. No quería levantarse, estaba demasiado cómodo y sentía un calor que le adornaba su cuerpo.

Pasaron 20 minutos y Yamaguchi aún no había despertado. Se podían oír sus pequeñas respiraciones, su cara levemente roja, sus pecas, parecía tan... Vulnerable.

Después de 15 minutos Yamaguchi hizo un gesto de querer levantarse, pero no podía. Se sentó como pudo en la cama, frotándose los ojos.

-¿Ya despertaste? Estabas tardando- Kei estaba al lado de Yamaguchi, mirándolo. Tenía puestas sus gafas, por lo que el más bajo pensó que ya llevaba un rato despierto.

-¿Tú despertaste ya verdad, me estabas mirando?- Este tenía algo de rubor en la cara.

-¿¡Que!? Claro que no, simplemente estaba esperando a que despertarás, te veías muy cómodo y no quería molestarte-

-Ya pero no tenías que esperar a que me despertara, podías haberte levantado, y menos en esta postura- Se refería a como el moreno estaba recostado encima del estómago del contrario rozando una zona muy sensible que poco a poco él notaba que se ponía más dura. Ante ese comentario mencionado se le salió un gran sonrojo, que por supuesto Tadashi no iba a pasar por alto.

-Tampoco t-tenía nada que hacer si me levantara- Si no estuviera así de rojo eso le habría quedado bastante creíble.

-¿Bueno que le voy a hacer? No pasa nada, ahora si alístate que vamos a desayunar-

({...})


Después de que ambos desayunaran y se despejaran la mente, estuvieron un rato más haciendo cosas para entretenerse con tal de ignorar el problema del que Kei se había dado cuenta hace rato y que por lo tanto él tenía. Pero llegó la hora de que Tsukishima se fuera.

-Nos vemos Yamaguchi (mente) ¡Bien! he podido decirlo sin tartamudear-

-¡Adiós Tsuki!-

Este se fué, dejando a Yamaguchi solo, se sentía algo vacío y solitario, pero estaba acostumbrado. Decidió dormir un rato más, pero no podía. Estaba en su cama, retorciéndose de lado a lado, todo por culpa de Tsukishima y de su erección. Pensaba que con el tiempo se le bajaría, pero solo se le hizo más constante. Ya estaba cansado y decidió hacerlo ¿Masturbarse? solo lo había hecho dos veces en su vida antes, pero pareció que esa sería la tercera, pero no la última.

Bajó sus pantalones y su ropa interior, cogió su miembro con duda y algo de miedo. Empezó a moverlo lentamente de arriba a abajo, tenía la cara demasiado roja, se podría decir que más que nunca, ¿Sería causado por el rubio? Poco a poco la velocidad iba aumentando y empezaba a sentir los pequeños espasmos que desde hace tiempo no sentía, eran demasiado placenteros. Definitivamente haría esto más a menudo.

Seguía tocándose con más énfasis, enpezó a sentir las palpitaciones en su miembro. Se había corrido y gemidos agudos pero no muy fuertes abundaban la pequeña habitación.

Estaba limpiándolo todo, a él mismo incluido, pero una llamada interrumpió su acción, era de Akiteru.

-¿Akiteru, pasa algo?- La pregunta por el pecoso fué debeida a que según esté Akiteru casi nunca llamaba por teléfono, siempre enviaba mensajes.

-¡Más!-.Tsukiyama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora