[19]
Benignidad.
"Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;"
Colosenses 3:12
Hadasa.
La risa de Eylin llena todos los rincones de mi habitación.Luego de un rato más, se va porque tiene que trabajar.
Me doy un baño, me coloco ropa cómoda. Hoy será el día de la consulta, donde me darán los resultados especiales.
Bajo a la sala para esperar a que mamá termine de alistarse para poder irnos, escucho que tocan la puerta y con cuidado me muevo hasta ella para abrirla. Me encuentro a Ethan. Desde que nos vimos aquella tarde, no ha dejado de venir. He notado que lo hace cuando nadie más viene. Se que los demás aún se muestran reacios a hablar con él; les he dicho que yo, la afectada, lo he perdonado y quedado sin rencores. Esta demás decir que todos me tratan como una bendita muñeca de porcelana agrietada.
—Oh, Ethan. Pasa.
Él entra. Va conmigo a la sala y se detiene al ver mi mochila en el sofá. Me mira con curiosidad un momento, regresa la mirada a la mochila.
—¿Saldrás? —pregunta.
—Si, iré al médico. ¿Quieres ir?
No tengo idea de por qué lo estoy invitando, pero siento que si va conmigo y ve que estoy bien, dejará de verme con la culpa que disimula. Sigo notando que aun siente culpa.
—¿Puedo ir?
Asiento en respuesta.
He notado que cuando no es prepotente, arrogante, orgulloso y altivo; es un chico educado y modesto—al menos conmigo—.Mamá baja, le sonríe al pelinegro cuando se percata de su presencia. Le ha cogido cariño, aún no sabe que él es una especie de responsable por lo ocurrido. No les he dicho porque quiero olvidarme de todo lo que paso. Mis lagunas mentales han disminuido bastante, sin embargo, aún están ahí.
Después del pequeño saludo que tienen, tomo mi mochila y salimos de casa, subimos al auto de mamá y nos dirigimos a la clínica.
Llegamos al cabo de unos minutos, Ethan me ofrece su brazo para apoyarme; he notado el cambio que ha estado haciendo. Se nota más compresivo, me contó, que ayudó a un ancianito a cruzar la calle luego de que una mujer lo empujara y callera; lo felicité, le dije que las cosas van mejorando poco a poco, también le dije que estaba orgullosa de su comportamiento. Y que todo era despacio, era obvio que no iba a cambiar de un segundo a otro.
Llegamos a recepción y nos atiende una señora mayor, quien nos dice donde será la consulta.
Caminamos por un pasillo pálido, hasta llegar a la sala indicada.El nerviosismo me recorre mientras esperamos nuestro turno para la consulta. Puede que no salga nada y solo son paranoias mías, pero eso no quita que esté a punto de orinarme de los nervios.
Ethan parece notar mi nerviosismo, coloca una mano de sus manos sobre las mías que están hechas un ovillo sobre mi regazo. No me sonríe, sin embargo, en sus oscuros ojos puedo ver el apoyo silencioso. Es un alivio que este aquí aparte de mamá, enfrentar esto solo no es fácil.

ESTÁS LEYENDO
RADIANTES [BRILLO #1]
EspiritualS. Juan 1:9-12 RVR1960 [9] Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. [10] En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. [11] A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. [12] Mas a to...