II

6 1 0
                                    

El mirarte fue cómo un destelló.

Tus ojos destellaron en ese momento, el inició de una promesa quizá de un despertar.

Eso fue lo que sentí cuando crucé  y atravesé la calle. El mirarte a los ojos fue un despertar.

Por un momento, me dio un brinco el corazón.

Como si te reconociera, como si te hubiera encontrado después de haberte perdido.

Te reconocí de algún lugar, algún tiempo atrás, quizá de otra vida.

Algo ya vivido, tú eras, un recuerdo desde de ese entonces.

Y me sonrojé y me sentí confundida, por qué yo nunca me sonrojó y por que esto no me pasaba desde hace tiempo y por que no era ni tan joven ni tan ingenua para creer sobre el amor a primera vista. 

Pero eso fue, o al menos eso siempre me dijiste tú.

Entré al local con mi papá, y mi corazón no dejaba de martillar, con miedo, casi con pánico me volví a observarte con curiosidad.

Tú nunca despegaste tu mirada sobre mí y al contrario de sentirme incómoda, me sentí a explotar.

Tus ojos eran llamas, y yo un papel sobre la hoguera.

"Voy al baño" dije abrumada cuando tuve la oportunidad. Pude sentir tus ojos sobre mi cuando me levanté de la mesa, corrí al baño, asustada, avergonzada por quién sabe qué.

Corrí al baño y me lavé la cara, estaba sonrojada como nunca en mi vida y el corazón a mil por hora, parecía querer salirse de mi pecho.

Calma, me dije, calma...

Dios, cálmate por favor, es solo un muchacho.

Pero no lo entendía, por muy atractivo que fueras, no entendía por que tanta emoción.

Que tontería.

Y después de eso, me prometí no enloquecer y salir a la realidad.

Y ahí estabas tú.

Casi tan patético como yo.

Fingías demencia, cómo si ambos no supiéramos que estabas ahí esperando por mí.

Como si fuera coincidencia.
Como si ambos sintiéramos esa fuerza magnética que nos atraía a ambos tan fuertemente que era abrumadora para los dos.

Volví a peder contra mi misma y temblorosa miré a otra parte dispuesta a marcharme.

Tú, que eres más valiente, hablaste y el mundo, se detuvo a escuchar por primera vez.

Yo, el amor y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora