La casa de mi abuela:
En la casa de mi abuela siempre estaba la estufa prendida.
Al entrar ya se sentía ese calor de hogar.
Nunca entrabamos por adelante, porque la maría siempre estaba atrás, sentada a la mesa de la cocina, mirando su tele.
Al asomarte por el vidrio, ya podías ver su carita sonriente, mientras esperabas que viniera a abrirte la puerta.
Cuando la puerta se abría, aparecía ella diciendo "Hola mi guatona, viniste a verme". "Hola po María Sánchez, como amaneciste?" *Besito*.
El olor de alguna comida rica, la tele prendida.
"Romita, cámbiala, puras desgracias en las noticias, ponte una mexicana mejor".Hoy, entro por adelante, porque es la puerta que puede abrirse con llave.
Al entrar lo primero que veo es nuestra foto en tu mueble.
El olor a María sigue en casa.
Pero ahora hace frío.
Ya no hay un "hola mi guatona".
Ya no hay calor, ni un olor a comidita rica.
Ya no hay películas mexicanas en blanco y negro.
Ya no hay una sonrisa y eso duele, porque ya no vendrás a abrirme la puerta nunca más.