Enredos En El Corazón

capitulo 8

Este era un día como cualquier otro, lo único novedoso que había era la gran noticia sobre una fábrica a pocos kilómetros de la escuela había explotado y los profesionales habían encontrado rastros de muchos tipos de drogas que se fabricaban en ese lugar. A muchos tomo por sorpresa ya que nadie había sospechado de algo así, lo que más alarmó a todos fue que la fábrica se encontraba al nombre de.... Cecilia, una profesora que enseñaba en esa secundaria. Fue arrestada rápidamente y su cargo como profesora fue suspendido.

Bastian habla sobre la noticia con sus amigos, mientras que ambos estaban más concentrado compitiendo por la atención de él.
Después de varias semanas por fin llego la maravillosa amiga de Bastian, Antonella. Todos no perdieron en preguntarle dónde estaba y que le había pasado, ella solo dijo que tuvo un pequeño inconveniente pero todo estaba resuelto ahora. Bastian se acercó a ella y a Gianella para hablar sobre el tema, para su sorpresa Antonella solo se quejó de las múltiples llamas de Bastian.
-Dios, que te pasa? Tuve que apagar mí celular por todas tus llamadas!- Se queja con fastidio mientras lo miraba. -Entiendo que estaba preocupado pero no era para tanto!-
-Eh... Si, lo siento... Pero yo vi algo... Y me preocupo...- habló titubeante sin saber como decirle lo que vio o como reaccionaria. -No quería molestarte solo... Que... Yo vi como..- Lo interrumpe con fastidio.
-Que? Lo de los policías? Gianella me lo contó. Bastian eres o te haces? Por qué diablos la policía me arrestaria!?- molesta con él.
-P-pero yo lo vi... Te...-
-Cállate! No viste nada! NADA! y si le dices algo a alguien te juro que...- en eso es interrumpida por Gianella apresuradamente.
-Hey Anto, tranquila... Él solo está confundido...- dice un tanto preocupada. Pero Hugo y Thiago había escuchado como Antonella le había gritando a SU Bastian. Ambos se levantaron molestos y enfrentaron a Antonella.

-¿¡Que diablos te pasa!? ¡No le grites así!- gritó Hugo con furia dando un golpe en su escritorio. Toda lo miraron sorprendido. Antonella sin miedo se levantó y lo enfrentó.
-Disculpa? Me acabas de gritar, idiota?- pregunto con incredulidad. Le dirigió una mira con molestia. -mira imbécil, no eres nadie para levantarme la voz, y si te molesta como le hable, pues te aguantas!-
-Él, ni yo nos vamos a aguantar que lo trates así! Eres su amiga, mínimo tratalo bien!- Habló Thiago molesto por la situación. Antonella se rió de ellos, la manera de como defendían a Bastian era como un chiste para ella.
-Simplemente patéticos... Le levanto un poco la voz y ya se ponen como unas fieras... Ni que fuera su noviecito o algo asi.- Se burló de ellos. -Tranquilos, no le hice nada a Bastian, solo le dije que no se meta en cosas que no es de su incumbencia.-
-No seguiremos discutiendo, solo no le vuelvas a hablar así o se me olvidará que eres mujer y te las haré pagar.- Amenazó Hugo, sujeto a Bastian y se lo llevó mientras Thiago lo seguía.

Momentos después, llego su profesor pero antes de empezar las clases, presentó a un alumno nuevo. Un chico bajo, de piel blanca, ojos azules, un cabello castaño claro, delgado, con una silueta perfecta que era cubierta por su buso, tenía una sonrisa dulce y contagiosa, su nombre era Roger, era muy tímido, callado al principio, todos lo vieron asombrados por su belleza, sobretodo Luis, un chico de esa clase, él era todo un galán, un Don Juan, traía loco a muchos en la escuela y era conocido por su distintivo humor, siendo conocido como el payaso de la clase. Luis era un muchacho alto, moreno, delgado pero fuerte, su cabello oscuro como sus ojos, era alguien muy caballeroso, por lo que no dudo en ofrecerle a Roger sentarse a su lado. Roger tímidamente acepto y se sentó a su lado. El corazón de Luis latía rápidamente al verlo, al escuchar su voz tan dulce y suave había caído rendido a sus pies. Cuando tocó el timbre para el receso, Luis salió apresurado por la situación, ¿Se habría enamorado de un hombre? ¿Acaso eso era posible?. No sabía como reaccionar, tomo a la primera chica que vio y se la besó, no quería ni podía amar a un hombre, no! No podía! De decía así mismo Luis, pero al besar esa chica solo podía pensar en aquel dulce chico, Roger...