Sol☀️

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Jungkook caminaba de un lado a otro en la sala, esperando ansioso la llegada de su madre. Hoseok estaba en la cocina, preparando té como si todo estuviera bajo control, pero la tensión entre ambos era palpable. Las palabras que Hoseok había dicho esa mañana resonaban en la mente de Jungkook, como un eco imposible de ignorar.
Por primera vez, sentía un nudo incómodo en su pecho cada vez que lo miraba Finalmente, la puerta principal se abrió y la madre de Jungkook, la señora Jeon, apareció con una sonrisa radiante

>¡Mi pequeño! —exclamó, extendiendo los brazos hacia él Jungkook respondió al abrazo con una sonrisa tensa, Detrás de él Hoseok apareció con el té, su rostro sereno y amable como siempre

>Hoseok, querido ¡es un placer verte! —dijo la señora Jeon, abrazándolo también con cariño

>Igualmente, señora Jeon —Hoseok sonrió, pero esa calidez que solía iluminar su mirada parecía más contenida, casi distante
Jungkook lo notó de inmediato Cada pequeño gesto, cada mirada, ahora parecían distintos. Había una barrera invisible entre ellos, y por alguna razón, eso lo inquietaba más de lo que estaba dispuesto a admitir

Horas después, la familia se había reunido en el comedor para cenar Hoseok y la madre de Jungkook hablaban animadamente sobre trivialidades, mientras Jungkook permanecía en silencio, con el tenedor girando entre sus dedos No entendía por qué su mirada se desviaba hacia Hoseok a cada rato Lo observaba sin querer, notando la curva de su sonrisa, el modo en que movía las manos al hablar, la forma en que su cabello caía sobre su frente. Había algo en todo eso que nunca había notado antes. Algo que lo incomodaba... y lo atraía

“¿Por qué estoy sintiendo esto ahora?” pensó, frustrado. Él nunca había visto a Hoseok de esa forma, Nunca había sido consciente de cuánto espacio ocupaba el omega en su vida hasta ahora, cuando sentía que estaba a punto de perderlo

>Jungkook, ¿estás bien? —preguntó su madre, sacándolo de sus pensamientos

>Ah, sí... Estoy bien —Sonrió forzadamente, mientras Hoseok lo miraba por un instante como intentando leer su mente Esa mirada tranquila, llena de años de amor no correspondido, lo atravesó como una daga

La noche se cernía sobre la casa Jeon el ambiente estaba cargado de tensión contenida, palabras no dichas y emociones reprimidas, flotando como un peso invisible sobre cada rincón. La madre de Jungkook ya se había retirado a su habitación, agotada tras el largo día, sin sospechar el tumulto interno que vivían los dos hombres bajo su techo

Jungkook se encontraba en la puerta de la habitación que ahora debía compartir con Hoseok. Había pasado  tiempo desde la última vez que durmieron juntos que la idea de compartir cama lo ponía más nervioso de lo que estaba dispuesto a admitir,
Empujó la puerta con cautela y encontró a Hoseok ya dentro sentado en la cama con una camiseta simple y pantalones de algodón. Había algo en la calma del omega que lo desarmaba por completo. La luz tenue del cuarto apenas iluminaba su rostro, pero incluso en la penumbra, Jungkook podía distinguir el brillo apagado de sus ojos, esa expresión serena y resignada que tanto lo inquietaba.

>¿Vamos a dormir? —preguntó Hoseok, sin levantar mucho la mirada, como si la situación no tuviera más importancia que cualquier rutina diaria
Jungkook asintió, tragando en seco. El nudo en su garganta era cada vez más grande No era un extraño a la intimidad, pero esa noche, el aire entre ellos se sentía denso y eléctrico, como si cada centímetro que los separaba cargara con años de emociones no resueltas

>Sí, claro —murmuró, quitándose la camiseta con torpeza. Se colocó unos pantalones para dormir y se metió bajo las sábanas con movimientos rígidos, cuidando no rozar a Hoseok más de lo necesario. Pero era imposible no notar su cercanía, el calor que emanaba de su cuerpo

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⏰ Última actualización: Oct 15 ⏰

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