Capítulo 9: Refugio.

0 0 0
                                    


Narra Isaac:

-Volviste- Me acerqué a Megan apenas la vi entrar.

-¿Y tú no deberías estar haciendo reposo?

-Lo estaba, hasta que los vi llegar.

-¿Cómo te sientes?- Preguntó Max.

-Mucho mejor- Sonreí levemente.

-Aún así, seguirás en tratamiento unas semanas más- dijo Megan.

-Sí, lo sé Meg- Rodé los ojos.

No me malinterpreten, amo a mi hermana, y me gusta que se preocupe por mi, pero a veces se preocupa demasiado.

-Llevaré a Denise a la enfermería- Informó Trevor, para comenzar a caminar a pasos apresurados.

-Te acompaño- Matt le siguió.

-¿Qué le pasó?- Pregunté.

-Tiene una herida bastante severa en su brazo, y para rematar, contrajo una infección.

-¿Cómo se la provocó?- Preguntó Margaret, la mujer que había llegado conmigo.

-No lo sabemos, nunca nos habló de esa herida- Agregó Jeffrey.

-Asumimos que se cortó- Finalizó Megan.

-Que hecho tan desafortunado, pero Kate la curará, recuerdo peores casos- Dijo Margaret.

Narra Jackson:

-Supongo que llegaron para quedarse- Me dijo aquella mujer castaña.

-Sí, de hecho. Máx ya nos habló un poco de éste sitio y acordamos venir con ellos hasta aquí.

-Sabia decisión, en especial por el bebé. Si ya saben cómo funcionan las cosas me ahorraré la explicación. Descansen por hoy, mañana hablaremos. Soy Margaret, por cierto y él es Isaac.

-Es un placer, Soy Jackson y ellos son Simon, Cassie, Maggie y el bebé demonio.

-¡Jackson!- Reprochó Cassie.

-Lindo apodo, aunque deberían darle un nombre- Finalizó Margaret, antes de retirarse.

-Bueno, tú tienes que hacer reposo así que iremos a la enfermería. De paso visitaremos a Denise- Megan se dirigió hacia Isaac. -Nos vemos luego- Se despidió.

-Cada quien volverá a sus tareas, tómense la libertad de explorar, si necesitan un guía busquen a Samantha. Ella siempre está en la armería y normalmente es la que se encarga de los recorridos- Finalizó Max.

-Gracias- respondí.

Exploramos el lugar por un rato, no era un sitio tan grande, pero era bastante espacioso. Había unas cuantas casas, algunos comercios, un estacionamiento improvisado, una armería y algunas quintas llenas de plantaciones. El día se nos fue recorriendo y conociendo gente. Todos eran bastante agradables, aunque siempre estaba la excepción. Llegó la hora de la cena y fue extraño, más que nada porque fue en un comedor lleno de gente, ya no recordaba ese sentimiento. Después de meses tuvimos una cena digna. Al llegar tomamos una bandeja de comida, pasta con salsa boloñesa, hace siglos no probaba este plato. Nos sentamos en una mesa vacía, devoramos nuestras respectivas bandejas en minutos. Era una buena sensación, comida rica y caliente en un lugar seguro y lleno de gente, algo que lamentablemente no se ve todos los días, no después del apocalipsis. Luego de comer, cada quien se dirigió a sus respectivas habitaciones, pues ya había anochesido y a ninguno de nosotros nos vendría mal un descanso. Nos habían asignado una casa la cual compartíamos los 5. Era realmente agradable contar con esos lujos. Hoy en día es casi imposible tener una casa segura, una cama cómoda, agua potable, comida, o incluso el hecho de tomar una ducha y usar ropa limpia. Además de tener la posibilidad de lavar prendas, contar con cobertura médica y poder estar tranquilo sin tener que estar constantemente alerta por correr el riesgo de morir o ser atacado en cualquier momento.

Al día siguiente, el timbre nos despertó temprano, y al bajar y abrir la puerta pude ver a Margaret al otro lado del umbral.

________________________________

_______________________________

_______________________________

Nos leemos en el siguiente episodio. <3

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Infección. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora