Capitulo 3

23 3 0
                                    


Savinna


Han pasado tres meses desde que estoy aprendiendo algunos conceptos básicos de defensa personal con Carson. Al comienzo del primer mes, nos reuníamos cuatro veces a las semanas y ahora estos dos meses solemos dejarlo para dos o tres veces como máximos.

En un inicio eran incomodos las reuniones, ya que las técnicas de la defensa personal como los codos pegados, las manos relativamente cerca de la cara, suelen invadir un poco tu espacio personal, y el solo sentir su anatomía cerca de la mía, me producen escalofríos recorriendo todo mi cuerpo.

Aun no descifro del todo la actitud fría y calculadora de Carson hacia mí, a veces está bien y a veces mal. Cuando esta de buen ánimo me ánimo a tratar de molestarlo para poder generar un ambiente más cómodo al menos para mí, ocasionando que suelte breves risas. Y cuando creo que todo esta bien entre nosotros, vuelve con su arrogante y fría actitud, tan particular de él.

ꟷVeamos que tanto has mejorado – se coloca en posición defensiva esperando un ataque mío.

ꟷNo me subestimes – también estoy en la misma posición.

Podría hacer una estrangulación a manos por detrás del brazo, pero su masa corporal supera la mía como tres veces, sería una mala idea.

Veo que se ríe.

¿Qué es lo gracioso?

ꟷNo te rías – suelto de mala gana.

ꟷEstá bien – deja de reírse – solo me sorprende tu actitud de niña caprichosa, que siendo tan consentida crees poder ganarme.

¿Ah?

No puedo evitar molestarme con lo que acaba de decirme, me molesta que me diga niña caprichosa, él no conoce nada sobre mí, sobre mi vida, es solo mi entrenador y vecino, nada más que eso ¿con que derecho se da las atribuciones de decirme eso?

Es verdad que desde pequeña nunca me falto nada económicamente gracias a mi padre, pero eso no quiere decir que me hayan faltado otras cosas.

Él no sabe nada sobre mí.

ꟷ¿Cuál es tu problema conmigo? – adopto una postura recta, se me quitaron las ganas de seguir entrenando – a veces te ríes y estas bien y luego...luego vuelve esa actitud tan de mierda tuya... me cuesta entenderte – le confieso.

ꟷNo tienes que entenderme.

Nos miramos y no decimos nada. Así que voy en busca de mi botella de agua que traigo conmigo siempre que vengo a entrenar, no quiero quedarme aquí, al menos no por hoy.

ꟷCreo que el entrenamiento quedara hasta aquí -decido hablar – que tengas una buena tarde.

Paso por su lado para marcharme, pero siento su mano agarrar mis muñecas. Abro los ojos sorprendida cuando me topos con el negro de su mirada que no dice nada.

ꟷTu... -decide hablar, pero no termina la frase.

ꟷ¿Yo que...? – articulo como puedo, por que en varias ocasiones habíamos tenido contacto debido a las técnicas de defensa personal. Pero esta vez era distinto, el ambiente era otro.

Y en eso nos interrumpen al sentir la puerta de su apartamento con unos golpes, lo miro sin saber que hacer, por que aun no me suelta, hasta que por fin lo hace.

ꟷVete – suelta bruto.

ꟷ¿Qué?.

ꟷ¡que te vayas! – indica con su índice la puerta - ¡acaso no escuchas!

𝐏𝐫𝐨𝐭𝐞𝐠𝐢𝐝𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora