Única parte

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Las luces tenues de los faroles hacían contraste con las sombras de las calles de Montevideo luego de una lluvia repentina, Roberto caminaba sin un rumbo fijo mirando hacia la nada, su mente no paraba de pensar en todos los recuerdos, miradas y momentos que parecían cada vez más lejanos, pero había algo más en esa noche que lo envolvía como una manta frígida, que lo hacía sentir una soledad que hace mucho tiempo no sentía, a pesar de que otras personas caminaban a su alrededor salpicando un poco de agua con sus pies, pero eso a él no le importaba en absoluto; porque a pesar de todo lo que pasó con la banda e incluso con él mismo siempre venía la misma persona a su mente.

Topo.

No recordaba con exactitud en qué instante las constantes miradas, risas, y momentos que compartían juntos... Creía haberlo tenido todo claro, con las giras, los conciertos y la fama, pero Topo siempre estaba ahí, no solo como uno mas de la banda; sino como más que un amigo que estuvo en esos instantes de incertidumbre cuando todos le daban la espalda, aunque se aferraba firmemente en negarlo, la confusión e incertidumbre en su pecho además del amor reprimido por tanto tiempo lo estaban carcomiendo.

Sin embargo entre todo ello tenía la certeza de que, siempre era él, siempre era Topo y eso lo destrozaba aún más, ya era demasiado tarde para amar.

Realmente quería sacarlo, tal vez gritarlo, pero el miedo no lo dejaba, el hecho de perder lo que alguna vez construyó, con la banda con Topo y consigo mismo, solo por sentir más de lo necesario.

De pronto recordó el parque donde ambos se sentaban después de agotadores ensayos, lejos del bullicio, para ellos era un refugio al aire libre mientras hablaban sobre la música, el rumbo de la banda y como a veces los desgastaban mutuamente, Roberto se sentó en una banca; la misma donde conversaban por horas, o simplemente con las mirabas bastaban para transmitir lo que con palabras no se podía.

Sumergido en la tormenta de sus pensamientos, prendió un cigarro, dió una suave calada mientras el humo se mezclaba con el cielo oscuro, sabía que debía decir lo que sentía, no podía guardarlo más.

Topo: -¿Roberto? ¿Qué hacés aquí?- la voz grave hizo exaltar al contrario apagando su cigarro a medio usar, giró la cabeza, y allí estaba, de pie, con las manos en los bolsillos de su chaqueta, observándolo con esa mezcla de curiosidad y preocupación que conocía tan bien.

Rober: -Solo quería pensar, estoy cansado- su voz sonó más débil de lo que esperaba.

Topo sin decir nada se sentó al lado de Roberto, el aire frío del ambiente era testigo de aquel silencio tan diferente, era pesado y tenso, su corazón latía frenéticamente, pero sabía que ya no podía escapar de sí mismo.

Rober: -¿Sabes? Siempre fuiste vos-
Topo frunció el ceño, confundido -¿De qué hablás?-

Rober: - No puedo seguir fingiendo que no me importás más de lo que debería- soltó finalmente cerrando los ojos, sintió que el peso del mundo se liberaban de sus hombros, al fin había encontrado la valentía que necesitaba.

-Siempre fuiste vos- repitió, mirando a Topo directamente a los ojos -La persona que estuvo a mi lado cuando las cosas se pusieron difíciles, la persona que me entendió incluso cuando yo no me entendía. Todo este tiempo pensé que podía ignorarlo, pero... no puedo más.-

Topo: -No te entiendo¿Qué me querés decir?-
Rober: -Quiero decir que te amo... Todo este tiempo fuiste vos, y ahora siento que estoy perdiendo algo que nunca tuve el valor de sostener-

Topo: -Rober...- su voz se apagó al instante, las palabras no eran suficientes

Rober: -Por favor no tenés que decir nada- dijo Roberto, tratando de mantener la compostura ofreciendo una sonrisa amarga-. Solo... quería que lo supieras. Porque ya no puedo seguir guardándolo- tapó su rostro con ambas manos intentando contener las lágrimas.

Topo, volvió a hablar -Siempre supe que había algo más entre nosotros- dijo con voz suave y segura que lo caracterizaba -Perdón si no lo dije antes, no tenía el coraje de hacerlo- dijo mientras colocaba suavemente una mano sobre su hombro, sintiendo que para ambos el mundo se abría sobre sus pies.

Finalmente Roberto miró al contrario con las lágrimas en su rostro -Yo no te quiero perder- contestó con voz quebrada por el llanto.

Topo: -Nunca me perderás Rober te quiero... Te quiero tanto, tanto, pero esto no puede ser así, no como vos lo pensás- dijo colocando ambas manos en su rostro obligandolo a miralo, sintiendo el contrario una paz y al mismo tiempo una tortura que no sentía hacía mucho tiempo.

Y eso era, la verdad cruda, Roberto sentía que en esas palabras habían cuchillos perforando sin piedad su corazón por más que lo había sospechado, escuchar las palabras dolían más de lo que había imaginado. Un vacío helado comenzó a expandirse en su pecho, sofocante, mientras miraba a Topo que tenía ojos llenos de una tristeza que parecía infinita.

Rober: -Lo sé, creo que siempre lo supe- susurró finalmente, Topo se inclinó hacia Roberto abrazándolo como si él fuera un una frágil pieza de vidrio, que en cualquier momento se iba a romper, besó suavemente su cien, Roberto por su parte correspondió aferrándose mientras sus lagrimas seguían, como si ese fuera su último intento de salvar algo que sabían, en lo profundo de sus corazones, que ya estaba perdido.

Rober: -¿Entonces esto es el fin? No quiero que esto termine así -
Topo: -No lo sé Rober, yo tampoco quiero que esto termine así pero tenemos que ser honestos con lo nuestro- respondió Topo, acariciando su mejilla con ternura.

El silencio que siguió fue aún más denso, y cada segundo que pasaba hacía que el dolor en su pecho se hiciera más agudo. Las palabras no dichas, los momentos compartidos... todo eso ahora parecía perdido en un mar de lo que podría haber sido, pero nunca sería.

Topo: -(Suspira) Creo que me tengo que ir, Adiós Rober-
Rober: -Esta bien, lo entiendo, Adios Topo-

Topo lo miró un largo rato, y luego asintió, sabiendo que no había más que decir.

Como último acto, Topo se levantó de la banca alejándose lentamente, Roberto no lo detuvo, no podía hacerlo, todo lo que sentía era una sensación abrumadora, carga imposible de sostener.

Pero tampoco era el único que se sentía así, Topo avanzaba cada vez más rápido mientras salpicaba con sus pies los charcos de agua, se sentía devastado, porque prefirió el silencio antes que la confesión, eligió el miedo antes que el amor; pero claro, Roberto no lo sabría, jamás se enteraría de lo que él sentía, de aquellas noches en las que batallaba consigo mismo por sus sentimientos y tampoco hallaba las palabras para confesarse al único amor que había conocido, el único que alguna vez lo hizo sentir vivo de verdad.

Ahora solo pensaba una cosa mientras las lagrimas rodaban sin control por sus mejillas: Eras vos Rober siempre fuiste vos...

Mientras tanto Roberto se quedó solo en la banca, sin dejar de llorar mirando hacia el cielo nublado, mientras su corazón, roto en mil pedazos, intentaba encontrar alguna forma de seguir latiendo.

Meses después Roberto sonreía ambiguamente hacia el escenario, era un concierto más, mirando el estadio vacío. Topo ya no estaba. Se había ido, no solo de su vida, sino de la banda. Había dejado una nota breve, explicando que necesitaba alejarse, encontrar su propio camino.

Roberto había querido detenerlo, pero al final entendió que no podía retener algo que ya no era suyo.

Y mientras las luces del escenario se apagaban una a una, supo con certeza que lo había perdido. Eras vos, pensó, mientras el eco de las últimas notas del concierto resonaba en el vacío. Eras vos todo este tiempo. Y ahora, ya no.

Fin ...

Holaaa qué tal cómo están bueno... Me puse troste e hice esto, si tiene alguna falla ortográfica háganmelo saber lo agradeceré mucho, ten un@ lind@ día/ tarde noche/madrugada??



It was you...   (One Short) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora