Las 31 historias de octubre.

LA DIANA.

—¿Sabes cómo se juega? —Pregunte viendo cómo te quedabas viendo fijamente la diana sin moverte.

—Sh...Sh...Sí —Dices temblando de miedo. Se veía como estaba sudando y con varias arcadas, no sabía porque, siempre ha amado los juegos de puntería, e hice justamente este para que te gustara aún más. Me duele el corazón de pensar que me he equivocado al preparar el juego. Empecé a ponerme nervioso y apenado de que de verdad no te gustase.

—No te gusta...? —Te pregunte suspirando triste.

—¡NO, NO, NO! ¡E-es i-increíble! Es que no me lo esperaba —Te conozco lo suficiente como para saber que estabas muy nervioso, ¿no tienes ganas de jugar?

"Bueno, ¡seguro que ahora se anima según juguemos!" Pensé sonriéndote cada vez más feliz. Pude ver cómo me devolvías la sonrisa, pero era de terror. Cuanto más de conozco menos te entiendo.

—¡Vale! Yo solo quiero que disfrutes esto. ¿Sabes quiénes son~? —Me pregunto apoyándome en tus hombros.

—Son mis abusones...

—¡Bien! Si le das al medio de la diana que tiene en la cabeza son cincuenta puntos —Te dije levantando tus brazos que sostenían temblando la pistola — Y ca vez que te alejes del punto réstale diez puntos... Ganas una vez llegues a trescientos puntos. Yo utilizare a su hermano. ¿Te gusta mi sorpresa cariño~?

Te dije que nadie volvería a utilízate, que nadie te dañaría o pegaría de nuevo. Y esta es mi prueba de amor. Los capture y ate en esta cabaña en la que escondo los cuerpos de todos los que te dañaron. Ahora a mi colección se suman esos dos, aún vivos, atados frente a nosotros, viéndonos fijamente llorando y tratando de gritar por sus vidas. No haber tocado a mi novio. 

Día 16.