Misterio en la Cafetería de María Antonieta

Capitulo 2: Mr. Langford

Todo empezó aquel día de primavera.
Era mi turno de abrir la cafetería, bien temprano en la mañana.
Fue una secuencia rapida y rutinaria: me levante, le servi la comida a Gato, me bañe, me vestí y me tome un cafe mientras me hacia un cafe para el camino. Asi empezaban las mañanas en las que tenia que abrir Let Them Eat Cake!.

Tome mi bicicleta y viaje por el sube y baja de las colinas de San Francisco, calles muy empinadas. Tomo velocidad para subir y me dejo llevar en la bajada.
Apenas esta amaneciendo cuando llegue a mi lugar de trabajo. Abro la puerta y suena la campana.
Prendo las luces y me preparo para otro día mientras espero a que lleguen los clientes madrugones y mis compañeros.

Ni bien encendí la cafetera, sonó la campana de la puerta pero no tuve ni que darme vuelta para reconocer la voz que grito un fuerte "HOLA", igualmente me giro y veo a la chica rubia teñida con delantal de mesera: Sarah Mayer.

-Ya me estaba muriendo del aburrimiento- le dije.
-Claro que si, si yo no estaba- bromea Sarah.
-¿Como te fue en la ciudad de la fama?¿Conseguiste algún papel?.
-Papel como tal, no. Pero conseguí contactos de gente muy fuerte en la industria- Me guiño el ojo mientras sonreía.
-¿A quien conseguiste?¿Scorsese?¿Spielberg?¿Tarantino?- Bromeo mientras se me escapan risas.
Sarah rodó los ojos mientras sonreía y dijo:
-No, de ellos no pero si de John Patricks.
-¿Quien es?
-El de los castings, un nombre muy importante en la industria.
La mire desconfiada pero se la deje pasar. Después de haberse tomado unas vacaciones solo para ir a Los Angeles a hacer castings y solo haber conseguido el numero de un tal John Patricks, quise animar a mi amiga haciéndole un cafe.
Sarah era literalmente el chiche de la mesera que quiere ser actriz. La diferencia es que no vive muy cerca de Los Angeles, se tiene que tomar vacaciones para eso. Por eso para ahorrar y poder salir finalmente de la casa de sus padres trabaja como mesera y canta en clubs o en cualquier lugar con escenario.

-Ya te van a encontrar- Le entrego el cafe que le prepare.
-Cuando queres sos una persona excepcional, Jane.

Mientras esta tomando el primer sorbo de su cafe, levanta la mirada hacia el reloj. Ve la hora y como si fuera un reflejo, se voltea a ver una mesa en la esquina.
-Jane, Mr. Langford no ha venido.

Era cierto. La mesa en la esquina izquierda esta más vacía que un desierto.
Sarah y yo nos miramos dudosas, era una situación muy extraña.

Primero hay que presentar a Mr. Langford, aunque es posible que el no quisiera ser presentado.
A sus mal llevados 57 años, se deslizaba por los rincones de la cafetería todos los días, a la misma hora como si fuera un ritual. Ha venido enfermo, lesionado, enyesado, con muletas, el día de su cumpleaños, el día con mas lluvia del año, con nieve, entre otras muchas situaciones, pero siempre estaba ahí.
Es tan puntual y tan exacto que incluso apostamos con el cocinero, Mike, que algún día no vendría. Y hasta ese momento Mike iba ganando la apuesta.
En fin, Mr. Langford era particularmente bajo, tenia un estilo de vida bastante sedentario y se podría decir que se parecía mucho a Danny DeVito.
Ya era un símbolo de la cafetería, incluso era amigo de la dueña del lugar, Susan. Era a la única persona que saludaba, ya que a mi solo me había bendecido con su presencia y algunas miradas de asco. Algunas palabras que lo describen pueden ser: Tacaño, holgazana, perezoso, grosero, sedentario, soberbio, antisocial, antipático, antisonrisas, antichistas, antidivercion, antitodo.
Es cierto que no era mi persona favorita y mucho menos mi cliente favorito, pero le tenia algo de fe, sabia que muy profundo existía un poco de humanidad ya que la dueña del lugar le tenia aprecio y eso ya era suficiente para creer que era buena persona.
Susan era una ser de luz, contrastando fuertemente cada vez que saludaba a Mr. Langford.
Tomando en cuenta todo su historial de cliente rutinario, nos sorprendio demaciado que haya roto la racha de años. Y lo único que pude atinar a decirle a Sarah fue:
-Mike me debe $100.