Capítulo 1

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El dia era calido las aves cantaban y el aire fresco entraba por las ventanas.

Estaba sentada frente al espejo, peinando mi cabello con delicadeza, estaba tan concentrada que no escuché como tocaban la puerta.

—¿Princesa? Oh, creí que no estaba, golpee varias veces la puerta y no respondía. —se disculpó Sophie, una de mis doncellas y amiga.

—Ah, lo siento, es que estaba muy concentrada, no escuché. —Me disculpé dejando el sepillo en la mesita.

—Si, me di cuenta.

—Y... ¿Que necesitas?.

—Ah!, cierto, el principe heredero la esta esperando en su despacho.

Me levanté rápidamente de mi asiento, sintiendo una felicidad inmensa recorrer todo mi cuerpo.  Una sonrisa apareció en mi rostro en cuanto dijo esas palabras.

Había llegado al castillo del reino de Eroberia, pero no habia tenido tiempo de verlo.

Nuestros padres eran amigos muy cercanos, y al ser reyes querian lo mejor para sus reinos, "¿y que mejor decisión de hacer que sus primogénitos esten juntos?".

Hace ya 9 años desde que arreglaron nuestro destino juntos, y aunque al principio no estaba del tanto convencida, a medida de que pasaba el tiempo me iba enamorando más y más de el, a veces me gusta creer que también siente lo mismo por mi.

Cuando cumplí la mayoría de edad los reyes del Reino Eroberia les propusieron a mis padres que viviera en su castillo "para irme acostumbrando a mi nuevo hogar" Y "Pasar más tiempo con el príncipe heredero.

Mis padres estuvieron de acuerdo con la idea, y yo aunque no me sentía muy convencida no me opuse.

Hace 3 días que estoy aquí, pude conocer un poco sobre como funciona todo en el castillo y el pueblo, ademas de que hice algunos amigos, entre ellos Sophie.

—¿De verdad su Majestad el príncipe heredero me envió a llamar?—Pregunté sintiendo como los latidos de mi corazón se aceleraban.

—Así es, princesa. —Vi como volteaba sobre sus talones. —Por favor sigame.

Asentí empezando a seguir a Sophie, mientras caminábamos me tomé el lujo de ver detalladamente algunos lugares del Castillo, enserio el castillo del Reino de Eroberia era incluso más grande que el de su reino, sin contarcontar de que la decoración era hermosa.

Sophie paró delante de una gran puerta, "seguro es el despacho", pensé.

Sophie me miró y sonrió leve antes de tocar la puerta y recibir un "pase" del otro lado.

Obrió la puerta y hizo una reverenciareverencia. —Su majestad, príncipe heredero, la princesa Freya Blackwood del Reino Nyxalis, ya esta aquí.

—Dígale que pase porfavor. —Esa voz, esa voz que la hacia sentir miles de mariposas en el estómago, esa suave, firme e inocente voz.

—Princesa... —Sophie se hizo a un lado indicándome que pase.

Di varios pasos hasta que estuve dentro, Sophie salió del despacho y cerro la gran puerta.

Dirigí mi vista a quien tenia en frente, viendo como el terminaba de leer algunos pergaminos, una vez terminó suspiró sonoramente, conectó sus ojos con los míos, perdiendome completamente en ese hermoso cielo que reflejaba sus ojos.

Sonrió tiernamente y se acomodó nuevamente en su asiento sin dejar de verme con esa hermosa sonrisa.

—Me informaron que viniste el Lunes, ¿como te sientes?.

—E-estoy bien, su majestad-

—Jay.

—¿Como?. —pregunté sin entender a que se refería.

—No me gusta que me llames "majestad" O "príncipe", llamame Jay.—Sonrió mostrando sus hoyuelos.

—J-Jay.

—Bien, me gusta como suena mi nombre saliendo de tus labios.—En el momento en el que esas simples palabras llegaron a mis oídos sentí como mis mejillas se calentaban.

—Su... Su Majestad, digo... Jay, ¿para que me envió a llamar?.

—Queria hablar contigo, sobre la boda y todo eso.

Asentí sin emitir palabra alguna, aunque estaba emocionada me sentia nervisa, no queria cometer algun error o que no sepa como actuar al respecto, quería que todo saliera perfecto y que Jay se sienta orgulloso de mi.

—Ahm, claro, ¿por donde quiere empezar?. —pregunté aun de pie frente a el.

Suspiró sonrió con calides hacia mi, dejó lo que estaba haciendo a un lado y se levantó dirigiéndose hacía dondo yo estaba.

Se paró frente a mi aun con esa sonrisa, viendome por unos minutos, hasta que se agachó un poco teniendo más visión de mi rostro, quedandose a centímetros de mi rostro.

Sentí su respiración en mi rostro, lo vi a los ojos haciendo contacto visual con el. Este momento parecía esa típica escena en la que el protagonista se queda admirando la belleza de la princesa y hacen contacto visual  hundiéndose en un espacio donde solo ellos existen.

Me perdí en esos perfectos ojos s que no se despegaban de mis ojos, vi como un brillo aparecía en sus ojos, sintiendo de un momento a otro como mis mejillas se calentaban y mi corazón palpitar con fuerza.

Vi como sus comisuras se anchaban en una sonrisa que me hicieron que mi mundo completo diera vueltas.

Jay subió su mano hasta mi mejilla, dando leves caricias. —No has cambiado nada, tu piel sigue siendo pelida, tu cabello largo y blanco como la nieve, tus labios rosáceos... Y tus ojos de ese rojo carmín, eres tal y como te recordaba.

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WAAA, ¡¡Es mi primer libró oficial!!, estoy muy emocionada jejeje, no puedo creer que esté escribiendo mi propia novela, nunca me vi a mi misma escribiendo alguna novela, pero aquí estamos 👌💕.

Espero les guste mucho y voten para que esta historia llegue a más personas ☺.

Nos leemos en el próximo capítulo.

😘 byee

Att: Lady Winter.

Fuego en mi oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora