Mi respiración se cortó y puedo jurar que sentí que mi corazón dejaba de latir, o estaba tan nerviosa en ese momento como para no darme cuenta de lo fuerte y rápido que palpitaba mi corazón.
—S-su majestad. —dijé casí gritando.
El se separó de mi riendo.
¿Que le causaba tanta risa?, ¿verme avergonzada?.
—Bien, hablemos.—tomó asiento de vuelta y me miro esperando alguna reacción o acción.
Al ver que no hacia ningun movimiento suspiró.—Freya, toma asiento.
Caí en cuenta que aun estaba de pie, lo de hace unos minutos me dejó bastante nerviosa como para reaccionar.
Tome asiento frente a el. Bajé la mirada evitando tener contacto con sus ojos.
—Espera un momento.—empezó a buscar algo en los cajones de la mesa, sacando unos papeles y poniendolos sobre la mesa.—Aquí están. Es la lista de invitados por parte de mis padres, vendran personas importantes, y algunos duques y principes de otros reinos, pero...
Hizo una pausa mirándome perdiéndose por un momento en mis ojos. Ladeé la cabeza arqueando una ceja.
—¿Pero?—Pregunto al ver que no reacciona.
—Pero queria que también invitaras a personas que conozcas y con las que te lleves bien, ademas de tus padres, claro.
Mis ojos se iluminaron. Quería envitar a algunos amigos y a mi hermano mayor, pero no tenía la seguridad de que me permitirían eso.
Según lo que se, en este reino, solo pueden decidir sobre los invitados la Reina y el Rey, por lo cual el principe ni yo teniamos derecho de invitar a algunas personas.
¿Como hizo Jay para que le dejaran hacerlo?.
—¿Enserío puedo invitarlos?.—pregunté con ilusión.
—Por supuesto, convencí a mis padres de dejarte hacerlo, así que sí.—sonrió extendiendo la lista de invitados.
—Muchas gracias, su majes... Jay.—tomé el papel en donde estaba la lista y empecé a leer algunos nombres, deteniendome en uno en particular. «Rose Billboard» la hija del duque Billboard.
Es conocida por supuestamente tener poderes "santos o celestiales". Siendo el centro de atención donde sea que vaya. Siendo alabada y elogiada por supuestamente "tener la bendición de los dioses".
Me acuerdo que cuando tenia 10 años me comparban mucho con ella. ¿Y quien no?. Ella es hermosa, sus ojos celestes reflejan pureza e inocencia, ademas de que es muy amable con las personas, y su pelo es muy largo y lazio.
Muchas personas decían que ella sería la pareja perfecta para su majestad el príncipe heredero y que también sería buena reina.
Y aunque a veces me doliera aceptarlo, es cierto, yo no merezco estar con el príncipe, y nunca seré merecedora de estar a su lado y gobernar con el. Pero me gusta pencer en que los reyes me eligieron a mi por alguna razón.
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Fuego en mi oscuridad
RandomLa traición puede provocar múltiples reacciones tristeza Desconfianza enojo remordimiento y a algunos simplemente les da igual ¿pero que pasaría si esa persona es a la que una vez amaste, y la que una vez te vio como lo más preciado? , confíaste y...