Cap: 1 Un principio

24 2 2
                                    

En medio de la nada absoluta, el vacío reinaba. No había luz, ni sombras, ni rastro alguno de vida. Era un espacio donde la percepción del tiempo mismo parecía no existir, un lugar donde cualquier noción de realidad se disolvía en el inmenso océano de oscuridad. Pero, en ese vacío eterno, una figura solitaria permanecía de pie, inmóvil, como si el mismo espacio careciera de significado para ella.

El ser vestía un traje negro impecable, tan oscuro que se fundía con el entorno, haciéndolo parecer una extensión natural de la penumbra. Encima de su cabeza descansaba un sombrero de ala ancha, inclinándose ligeramente hacia adelante, cubriendo la mayor parte de su rostro en sombras. Solo los contornos de su mandíbula se delineaban con una precisión inquietante, y unos ojos vacíos, ausentes, que no miraban nada en particular, como si estuvieran enfocados en algo mucho más allá de lo visible.
Este ser, quienquiera que fuera, parecía estar observando algo... o nada. El concepto de tiempo parecía ajeno a él, sin embargo, en un punto indefinido, algo cambió. Sin previo aviso, una sonrisa fina, astuta, se formó en sus labios. Era el tipo de sonrisa que no prometía nada bueno, el tipo que precede a la ejecución de una idea tan brillante como peligrosa. Se quedó en silencio unos segundos más, disfrutando de su propia reflexión antes de que esa sonrisa se ampliara aún más. Parecía estar deleitándose en su ingenio, como si una chispa de malicia lo hubiese alcanzado en el momento preciso.

De repente, chasqueó los dedos, un sonido casi imperceptible en medio del silencio absoluto. El chasquido no fue fuerte, pero resonó como un trueno en ese vacío insondable, como si el mismo acto tuviera un poder inimaginable. A medida que el sonido se disipaba, algo en el ambiente cambió; aunque no había luz, el espacio parecía vibrar, como si una energía invisible hubiera comenzado a fluir.

Ser de traje: Esto... será una fantástica idea.

La voz del ser era baja, suave, pero cargada con una autoridad aplastante. Era el tipo de voz que no necesitaba alzar el tono para ser escuchada. Cada palabra parecía deshacerse en el aire, dejando una estela de promesas y caos.

Ser de traje: Me pregunto si R se molestará por esto... Aunque, pensándolo bien, solo estoy haciendo algo pequeño.
El tono, ligeramente divertido, sugería que lo que el ser consideraba "pequeño" era todo menos insignificante. Había una burla oculta en sus palabras, un juego entre líneas que solo él comprendía.

En el vacío, a su alrededor, se comenzaron a formar figuras. No eran figuras del todo claras; eran sombras de sombras, como si una parte de ese vacío mismo hubiera cobrado una especie de forma distorsionada. Las figuras se movían lentamente, casi como si fueran arrastradas por una voluntad ajena a ellas. Al principio, eran solo formas amorfas, pero poco a poco empezaron a tomar estructuras más definidas.

Algunas eran altas y delgadas, otras bajas y robustas, pero todas parecían estar ligadas al mismo origen oscuro.

Ser de traje: Sí... no le molestará. Después de todo, ¿qué es un poco de diversión en este vasto abismo?

El ser dio un paso adelante. A cada paso, el vacío parecía retroceder, como si el simple movimiento de esa figura alterara las mismas reglas de la existencia. No había tierra bajo sus pies, pero caminaba como si estuviera sobre el suelo más sólido imaginable. Las figuras en el entorno se dispersaron, pero siempre permanecían en la periferia de su visión, como testigos silenciosos de lo que fuera a suceder.

Ser de traje: R debería comprender. No es como si esto fuera algo... trascendental. Solo una pequeña alteración aquí y allá.

Su tono de voz, burlón y casi indiferente, dejó claro que para él, todo esto era un simple entretenimiento. No había preocupación en sus palabras, ni miedo a las consecuencias. La sonrisa aún estaba presente en su rostro, inmutable, mientras observaba cómo las sombras comenzaban a moverse de manera más frenética. Era como si el simple hecho de su presencia les hubiera otorgado una vida primitiva, incompleta.

Ser de traje: Quizá incluso lo disfrute... Es más, tal vez agradezca la emoción. Después de todo, el aburrimiento puede ser mortal.

Se detuvo de nuevo, mirando al horizonte vacío, un horizonte que no existía realmente. Su mirada se tornó reflexiva, pero no perdió la chispa de diversión que la acompañaba. Para él, todo esto no era más que un experimento, una obra de arte improvisada en un lienzo infinito de oscuridad.

Ser de traje: Solo es cuestión de ajustar algunas cosas, nada más. Y si sale mal... bueno, ¿quién se enterará?
El ser levantó la mano una vez más, preparándose para otro chasquido. Pero esta vez, antes de que sus dedos se tocaran, una risa suave y casi imperceptible escapó de sus labios. Era una risa que hablaba de secretos oscuros y de futuros inciertos.

Ser de traje: De cualquier manera, será interesante. Muy interesante.
Y con eso, chasqueó los dedos de nuevo. Esta vez, el chasquido no fue solo un sonido en el vacío; fue una detonación. El espacio mismo pareció retorcerse por un breve instante. Algo cambió. La nada, antes vacía y estática, comenzó a moverse. No había luz ni color, pero una energía indescriptible comenzó a arremolinarse alrededor del ser, como si respondiera a su voluntad.
Ser de traje: ¿Ves? Una pequeña chispa de caos... nada más.
Se quedó en silencio, observando cómo el vacío comenzaba a llenarse lentamente de algo nuevo, algo desconocido. Y mientras lo hacía, su sonrisa se ensanchó, satisfecha con el pequeño ajuste que acababa de hacer en esa vasta, y hasta ahora inmutable, oscuridad.
.
.
.
.
.
Ramiro despertó de golpe, respirando de forma agitada. Su corazón latía con fuerza en su pecho, como si acabara de salir de una pesadilla, aunque no podía recordar exactamente de qué se trataba.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Un misionero y un provinciano en Ben 10Donde viven las historias. Descúbrelo ahora