En la oscura habitación, Jun se encontraba absorta en sus pensamientos, preguntándose constantemente que había sido esa sensación de nostalgia que inundó su ser, y el cómo esto pudo afectar su primera impresión con respecto a su nuevo compañero de habitación.
(No sé que sucede conmigo, esto no había pasado antes... ¿Él pensará que soy rara? ¿Debería disculparme? No quiero que piense que no me gustó la comida...)
La chica seguía meditando en el dormitorio a con luz apenas perceptible. Por otro lado, Toya creía que debía haber una razón particular para la reacción de Jun, descartó la idea de que la comida no estaba bien, pues él mismo la había probado ¿Será que Jun oculta algo? Era difícil averiguarlo sin parecer invasivo.
(Solo espero que se encuentre bien... ¿Debería preguntarle?)
Para la fortuna de Toya, La chica de cabello negro y largo salió de la habitación, con una expresión un poco más calma, el muchacho se exaltó un poco, pues era evidente su preocupación por su nueva compañera. Jun se acercó a Toya para posteriormente realizar una ligera reverencia a modo de disculpa.
(Lo lamento mucho, no quise irme de esa manera...)
Toya estaba sorprendido ante la declaración de la muchacha, sin embargo se sentía más tranquilo al saber que se encontraba mejor.
(No hace falta que te disculpes, me alegra que estés bien...)
El muchacho expresó su alegría con una cálida sonrisa, que rápidamente tranquilizó a Jun en su totalidad, esa sensación de paz y empatía era algo que Jun no podía recordar desde hace tiempo, aunque a diferencia de la comida, esto le produjo una tranquilidad etérea, devolviéndole a Toya la sonrisa, cosa que lo dejó algo impactado.
(Bueno, creo que será mejor que termine de comer, no quiero desperdiciar la comida que preparaste con tanto esfuerzo)
Toya algo más tranquilo, sacó nuevamente la comida del microondas, la cual mantuvo su temperatura, le dio su espacio a Jun para que terminara de almorzar, mientras él organizaba unas cosas en el dormitorio. Luego de un rato la chica terminó de comer, dándole las gracias a Toya con mucha gentileza.
(La comida estuvo deliciosa, tienes mucho talento, Toya)
El chico se sonrojó un poco ante la declaración de su compañera, Toya era bastante modesto, no solía alardear, y a menudo no consideraba su comida ''algo tan bueno'', pero agradeció el cumplido. Pensó en tratar de sacar algo de conversación para conocer mejor a su compañera.
(Y bueno, Jun ¿Qué me cuentas de ti?)
La chica por un momento se sintió algo tímida con la pregunta, se considera a si misma poco habladora, sin embargo, decidió tomar la iniciativa de conocer a alguien, así como darse a conocer luego de mucho tiempo.
(La verdad no hay mucho que contar de mi, de hecho, no recuerdo mucho al menos gran parte de mi niñez, lo último que recuerdo, fue que a los 7 años, mi familia y yo tuvimos un accidente automovilístico, afortunadamente nos salvamos, pero recibí un golpe que me produjo amnesia... Estuve un tiempo internada en el hospital, logré recobrar algunos fragmentos gracias a terapia, sin embargo hay cosas que se me siguen haciendo difusas...)
Toya se sentía impactado ante la tragedia que había sufrido su compañera siendo tan solo una niña...
(Supongo que debió ser difícil...)
La chica asintió con una ligera sonrisa, sin embargo no perdía su típica serenidad.
(Perdí contacto con muchas personas, algunos de ellos se molestaron conmigo porque no los recordaba, incluso había una chica que aclamaba ser mi mejor amiga, pero la verdad es que no logro recordarla de ninguna parte...)
Toya por un momento se sintió identificado, pues él no era alguien con una memoria particularmente detallada, pues lo único que podía recordar con exactitud eran sus recetas, con frecuencia olvidaba los nombres y los rostros de las personas, a menos que las viera con frecuencia, como en el caso de sus vecinos. Jun pensó que era turno de saber algo de Toya, así que decidió preguntarle.
(Y... ¿Qué me puedes contar de ti?)
El chico sujetó su mentón por un momento, cerró sus ojos y se puso a pensar, en realidad no se consideraba alguien particularmente interesante, más allá de su pasión por la cocina.
(Si te soy sincero, no hay mucho de mi que contar... Soy el menor de 3 hermanos, ellos se encuentran en el extranjero, mientras que yo sigo con mis estudios aquí, a la par que trabajo de manera remota, y bueno, aquí usualmente hago comidas comunales)
Jun sintió curiosidad ante la mención de las comidas comunales, pues era la primera vez que oía ese término.
(¿Comidas comunales?)
La chica preguntaba con curiosidad, por lo que Toya decidió explicarle de manera sencilla de qué se trataba su pasatiempo)
(Pues, se trata de algo así como una reunión que suelo hacer cada cierto tiempo, generalmente preparando un platillo nuevo, y lo reparto entre los vecinos para que me den su opinión al respecto, las personas disfrutan mucho por lo que veo, por lo que suelo esforzarme al máximo cada vez que lo hago)
Jun quedó asombrada ante la generosidad del chico, parecía que tenía una facilidad bastante amplia para poder socializar gracias a sus dotes culinarios. Aunque la idea de preparar comida para mucha gente esperando su opinión le daba algo de miedo, por lo que se preguntaba si Toya se sentía igual.
(¿Y no te da miedo...? Digo, preparar comida para tantas personas debe ser algo que genere presión en ti ¿No?)
El muchacho nunca se había puesto a pensar en la magnitud de su acción, pues él veía eso como una oportunidad para compartir con los vecinos, así como para probar si sus recetas funcionarían.
(La verdad es que no... Nunca me he puesto nervioso por algo así, supongo que es para capacitarme para cuando cumpla mi sueño...)
Ante la mención de un sueño, una aspiración que Jun al parecer no tenía, la muchacha se sintió intrigada por el mismo, queriendo saber cuál era.
(¿Tu sueño?)
La chica preguntaba con una expresión de curiosidad evidente en su rostro, mientras que Toya se sonrojó un poco antes de aclarar cual era su objetivo en la vida.
(Pues... Yo... Quiero abrir un restaurante, algún día... Por eso hago esta clase de pruebas, no tanto por reconocimiento o por dinero, si no porque me gusta cómo las personas se reúnen a disfrutar y compartir al momento de una buena comida, causa una sensación de dicha en mi, es algo inexplicable...)
La palabra dicha, y la expresión sobre el júbilo que transmite la escena de un entorno familiar como lo es un restaurante reposa sobre la consciencia de Jun, recapacitando sobre sus propios deseos, pues ella misma sentía que su vida hasta ahora había tomado un rumbo en automático, y no había pensado en una aspiración alguna, o algún deseo que seguir.
(Y tú... ¿Tienes un sueño, Jun?)
La pregunta retumbaba en su mente, tal vez era hora de pensar en qué hacer con su vida, en si tenía alguna ambición, tal vez algo ligado a sus aficiones y gustos, o tal vez una misión que provoque un crecimiento personal en ella, algo que pueda valorar y permitirle sentir esa satisfacción que solo se logra al alcanzar una meta.
(Supongo que no... No había pensado en eso hasta ahora...)
Toya se quedó en silencio ante la declaración de Jun, no quería que se sintiera mal, o que pensara demasiado en ello. Sin embargo, la chica luego de repasar una y otra vez la palabra ''Deseo'' en su mente, y un repentino crecimiento en su pulso, tuvo claro que era lo que quería hacer.
(Creo... Que me gustaría recobrar la memoria... O al menos... Recordar a alguien importante para mi)
La nueva convicción de Jun se había manifestado, un deseo que buscaba llenar aquel vacío que le dejó aquella catástrofe, tal vez, y solo tal vez eso le haría sentir mejor.
ESTÁS LEYENDO
UN RECUERDO DE NOSOTROS
RomanceToya es un joven de 21 años que asiste a la universidad, en la cual cerca, hay unos departamentos, designados para los estudiantes, usualmente tienen que compartir residencia con alguien más, en su caso, una chica de intercambio llamada Jun, de su m...