❛ 𝗜𝗟𝗟𝗨𝗦𝗜𝗢𝗡 ❜
❝sígueme, ven y cae en mi ilusión...❞
en donde 𝗲𝗱𝘄𝗮𝗿𝗱 𝗰𝘂𝗹𝗹𝗲𝗻 final-
mente se casa con 𝗯𝗲𝗹𝗹𝗮 𝘀𝘄𝗮𝗻 y
tienen a su querida hija, 𝗿𝗲𝗻𝗲𝘀𝗺𝗲𝗲,
después de superar todos los obstá-
culos que l...
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capítulo cinco !
beso olvidado . . .
SELENE ESTABA SEGURA que chocó fuertemente con Jacob Black mientras Solomon y Salazar la arrastraban lejos de la casa de los Cullen... Pero los sentidos de la vampira pelinegra estaban tan alterados que la susodicha no pudo confiar en ellos.
Selene también sabía que llamó la atención de los otros Cullen presentes cuando ella, junto a Solomon y Salazar, salieron corriendo a toda velocidad hacia el bosque, como si estuvieran huyendo de algo; algo que probablemente los haría ver culpables si Bella contaba lo que pasó.
Pero la pelinegra de ojos rojos sabía que la humana no diría nada, porque la sensación de sus ilusiones era tan irreal que las desafortunadas personas que tenían la desdicha de vivirlas siempre quedaban con la sensación de que todo había sido un producto de su mente, una mala jugada que resultó en una muy realista alucinación.
Selene lo sabía perfectamente porque ella misma había sido víctima de su propia ilusión en múltiples ocasiones a lo largo de su existencia como vampira.
—¡Selene! ¡Espera!
Los árboles que pasaban alrededor de la susodicha no eran más que manchas y sombras en su visión desorientada, algo inusual para un vampiro cuya visión era sobrenaturalmente perfecta; pero, incluso con la rapidez de la velocidad a la que estaba corriendo, Selene pudo escuchar los llamados de sus hermanos detrás de ella, así como también pudo localizar el olor de la sangre del humano más cercano en el bosque.
Los trillizos no se habían alimentado en días, casi una semana, y a pesar de que tenían un excelente control y resistencia a su sed de sangre, la cual construyeron y perfeccionaron a través de los milenios, había momentos de debilidad para los hermanos Sinful. Sobre todo cuando se trataba de la sangre de un cantante.
Pero ninguno del grupo de personas acampando en el bosque, en plena madrugada, era un cantante de sangre; sin embargo, eso no impidió que los trillizos fueran atraídos hacia ellos como depredadores hambrientos.
Selene fue la primera en llegar hacia el grupo de humanos, destrozando la carpa donde uno de ellos dormía para sacarlo de su saco de dormir y arrastrarlo por el suelo, sujetándolo del cuello, hasta empujarlo fuertemente contra el tronco del árbol más cercano.
—¡¿Qué demonios-?! ¡No! ¡Espera!
El hombre que Selene escogió como su víctima sólo pudo ver brillantes y profundos ojos rojos, y labios gruesos igual de rojos que se separaron para mostrar dientes relucientes y ligeramente, aunque alarmantemente, afilados, antes de sentir cómo los mismos se enterraban con fuerza en la piel sensible de su cuello hasta que se rompió y la sangre comenzó a salir como si perteneciera a los labios del monstruo que se estaban alimentando de él.
