Cenizas Blancas [Saint Seiya ~ Seiya×Aioros]

7 - Cae la Lluvia al Fin

"¿Poseidon? ¿Que estas haciendo?"

Su hermano volteo a verlo firmemente, "No tengo tiempo, no podré darles lo que necesiten aquí." Sus ojos se desviaron hacia Seiya, quien aún permanecía dormido.

"Hades, no puedo permitir que mi hijo tenga su futuro en riesgo", su hermano solo respondía con una mirada perdida, atentamente notando cada palabra, "Deben estar listos, sabes bien que- no siempre podré protegerlo."

Nuevamente dirigiéndose a los demás niños, declaró, "Pequeños, ustedes juraron lealtad no solo a ese santuario, pero tambien a aquel quien lo dominará una vez este listo." Con un suspiro, dejo que tomarán un segundo para ver a quien exactamente se refería.

Sobre su trono, estaba el futuro de este santuario sagrado.

Poseidon estudio sus rostros, detallando sus expresiones como una respuesta. Unos se veían dispuestos a matar por el, otros se veían dispuestos a pelear por el, pero otros, se veían dispuestos a amar por el.

Uno en particular...

Parecía estar listo para hacerlo todo.

"Si están listos para servir este propósito, deben partir de inmediato." Las puertas fueron abiertas aún más, dando luz a los carruajes listos con las pertenencias de los niños. 12 carruajes, 12 destinos muy diferentes.

Hades sostuvo la mano de Seiya, con temor de lo que podría pasar. Si estuviera despierto en estos momentos, podría jurar escuchar cada suplica. En ningún momento espero esto tan pronto. No a tenido tiempo de preparar a su sobrino, para aquello que sería una despedida larga.

Si ellos se van ahora, aunque sea por solo unos años; Seiya se quedaría solo.

Nuevamente.

Uno por uno, con una expresión determinante, empezaron a salir. Golpeando sus corazones, bajaron sus cabezas, oficialmente declarando sus lealtades firmemente. Entienden el riesgo, y aceptan morir en el intento.

Dando una última vista hacia los que volverán a ver en exactamente diez años. Ahora se veían completos extraños, pero aún así, regresarán con un solo propósito. Deberán pelear con el único propósito, de servir a aquel bajo la constelacion de Pegaso.

Poseidon a dado la orden del entrenamiento absoluto. En cada aspecto deben ser superiores. Con un estimado, dio diez anos a cada uno para estar listos. Solo espera, que lleguen a tiempo. No deben demorar, por qué el mismo, se aseguraría que su hijo este listo.

Uno por uno, casi todos los carruajes se fueron. Bueno, todos excepto los de Leo, y Sagitario.

Aioros aún estaba en batalla con sigo mismo. Su hermano, sostenía su brazo, silenciosamente esperando a que el responda por los dos. Lentamente, el mayor postro un puño sobre su corazón, bajando la cabeza. Segundos después, Aioria hizo lo mismo.

Sin ninguna palabra más, al no poder ver bien su mirada, Poseidon vio como los dos rubio's se dieron la vuelta para irse. Extrañamente, algo le decía a Poseidon que ellos serían especiales. Algo, algo se lo decía.

Suspirando, el peliazul decidió seguir detrás de ellos. Al ser los últimos, lo mínimo que podía hacer era ver cómo se iban. No conocía bien a los niños para ser franco. Tomo con gran confianza la palabra de su hermano y los demás maestros.