Diciembre 2019.
En un mundo anárquico y capitalista, una pequeña niña iba cargando un saco de un 1.72 m, el que contenía un Drake Bell.
Su objetivo era lograr que su víctima cantase en la gala navideña de su escuela, meta que no podría concederse cuando, de camino a casa, la pequeña se tropezó con una botella que contenía un litro de agua de jamaica, lo que provocó que el saco del artista cayese al suelo y se abriera, dando pie a que el muchacho escapara y se fuera corriendo de allí mientras cantaba su tema "I found away".
—¡Azcapotzalco! ¡Ve por él! —dijo la chica aun en el suelo.
De momento, un perro de mil años, musulman y que sabía cantar Ameno de Era (acá "Dorimé"), comenzó a perseguir a Drake con la intención de pasarle el Cólera.
Del otro lado de la calle un animado Tai iba caminando por la banqueta.
—¡Oh, un perro de mil años, musulman y que sabe Dorimé, se encuentra persiguiendo a Drake Bell! —dijo Tai mientras sacaba su Nokia.
Tai comenzó a pasar por la carretera para poder grabar más de cerca, cuando de pronto un camión que iba directo a Chololos lo atropelló.
Agumon y Red iban de camino a ver Frozen 2, habían pensado en invitar a Tai pero ya estaban hasta el gorrito de picharle la entrada a Tai.
Estaban a dos cuadras de llegar a su destino cuando lograron ver una cosa que se asemejaba a un chicle aplastado en el suelo. Lo hubiesen pasado por alto de no ser porque divisaron un morralito del TRI que conocía perfectamente.
—Aaaaw, mira, Red, se está haciendo el muertito.
—Ay, Agumon, creo que sí se murió.
Ante la desesperación, Agumon comenzó a patear el cuerpo sin vida de Tai, sin embargo, no reaccionó.
—¡¿Qué hacemos, qué hacemos!? —dijo un muy desesperado Red.
—Tranquilo tengo una idea. —contestó Agumon.
El dinosaurio y el Skateboarder se encontraban atrás de una mata de tomates cerca del bar "La Chonita" esperando a que "Carnitas"(reno de Santa Claus) saliera por la puerta.
—¡Ahí va! —dijo Agumon mientras señalaba con su dedo índice a la que sería su próxima víctima.
Rápidamente Red cayó con estilo al lado de Carnitas, para posteriormente silbar atrayendo cientos de Piplups que noquearon al reno y entre todos lo caragaron recorriendo un largo camino hasta la casa de Red.
—Hola, yo soy Agumon, pero para ti soy: Supremo Agumon. —comenzó a decir el dinosaurio al teléfono—. Fíjate bien, ¡Tenemos a tu reno! —Agumon se giró hacia el rehén— ¿Cómo dices que te llamas? —volvió a la conversación con el receptor— ¡Ah, sí! tenemos a Carnitas. Así que ya sabes, Santa Claus... ¡O nos traes las esferas del dragón u hoy cenamos fajitas!
Agumón colgó y dio media vuelta por tiempos.
—Ok, Red, ya hablé con Santa Claus, y está dispuesto a pagar el rescate.
Cuando Agumon terminó de voltear, él como Red quedaron atónitos ante el panorama que contemplaron sus ojos.
Frente a ellos había un chico y orejas puntiagudas sentado junto a una fogata en la que ardían en las brasas el inerte y sazonado al gusto cuerpo de Carnitas.
Tanto Red como Agumon comenzaron a sudar frío. Alguien llamó a la puerta, era Santa Claus. Ambos salieron rápidamente de la vivienda, cerrando de un portazo la puerta para que el señor no pudiera mirar la escena que el chico misterioso había provocado.
—Aquí está el encargo, Hoomies, denme mi reno. —dijo el recién llegado extendiéndoles las esferas del dragón.
—Pues verá, señor Claus...—comenzó a pronunciar Red con el propósito de explicar con tacto el trágico final del animalito cunado un fuerte estruendo lo interrumpió.
El chico rubio salió de la pequeña casa abriendo la puerta tan fuerte que esta se desprendió de su marco.
Con la puerta tirada en el piso a Santa Claus se le facilitó observar lo que le había sucedido a su amigo.
—No se preocupe, podemos arreglarlo. —dijo el animal con peluca mientras invocaba a Shenglong con las esferas.
Al instante el reno se materializó y salió corriendo despavorido.
—¡No puede ser, sí funcionó! Cómo me gustaría tener una Maruchan para Celebrarlo...
Después de que Agumon dijera eso, una Maruchan apareció entre sus brazos. El digimon volteó a ver a su amigo Red, quien se estaba tomando su tercera Coca-Cola del día, lo que trajo como consecuencia que azotara contra el suelo por un coma diabético.
Agumon no sabía a quién salvar.
—Desearía que Tai estuviera aquí, él me ayudaría a escoger...
Al igual que el reno, Tai se materializó. Shenglong regresó a las esferas, las cuales volvieron a esparcirse por el mundo.
Mientras Tai y Agumon elegían qué color de ataúd le comprarían a Red, un héroe llegó a salvar el día. Era Píkachu. Rápidamente se acercó a Red y sacó una mandarina con todo y cáscara para metérsela por su cavidad bucal, obligándolo a tragarla, haciendo que despertara repentinamente.
Santa Claus sintió pena por el trío de amigos trastornados así que les regaló así que les regaló una Maruchan.
—Cómo me gustaría tener una Maruchan Akitatama para ese chico rubio de orejas puntiagudas, se veía tan muerto de hambre. —atinó a decir Red mientras miraba a su destrozada puerta.
—¡Ja, pídeselo a Bruce Winchel! —contestó Matt que recién había llegado con una Maruchan Akitatama.
Inesperadamente alguien más apareció en la escena, era Drake Bell, que ahora cantaba su canción "I know" mientras era perseguido por Azcapotazalco.
El perro cansado de perseguir al artista pero con ganas de contagiarle a alguien el cólera, así que mordió a la primer persona que vio siendo esta Matt.
Matt al instante dejó caer su Maruchan Akitatama mientras se convulsionaba y caía dramáticamente.
El trío de amigos, Santa Claus y Píkachu fueron a Soriana por las Maruchan, sin percatarse de que el chico de orejas puntiagudas los seguía de lejos observando cada uno de sus movimientos.
Fin del extra.
Autores:
ElDrakeDELAMAtaRosaOfficial®
-Sprite y Manzana.
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Extras - Un día soleado y sin sol.
FanfictionNarraciones externas a lo mostrado en los capítulos, ya existentes y publicados, de nuestra historia "Un día soleado y sin sol".