Capítulo 6: La Semilla del Conflicto
Había pasado una semana desde que Winston había llegado a la vida de Carolayn. A pesar de que la relación entre ellos había mejorado, ella seguía sintiendo esa barrera, esa incomodidad constante. No podía evitarlo; su desconfianza hacia los hombres seguía siendo una sombra que la acompañaba.
Estaban en la sala, Winston hojeaba un libro mientras Carolayn regaba sus plantas, como hacía casi todas las noches. El ambiente estaba cargado de algo que ambos podían sentir pero no querían nombrar.
—¿Puedo preguntarte algo? —dijo Winston, rompiendo el silencio.
Carolayn no levantó la mirada, concentrada en su tarea.
—Supongo —respondió ella, sin mucho interés.
Winston cerró el libro y lo dejó a un lado, clavando la mirada en ella.
—Siento que siempre mantienes una distancia, como si desconfiaras de mí. ¿He hecho algo para que te sientas incómoda?
Carolayn apretó la regadera con fuerza. Sabía que esa pregunta vendría tarde o temprano, pero no estaba lista para responder.
—No es nada personal, Winston —dijo al fin, con un tono cortante—. Simplemente me cuesta confiar, especialmente en los hombres.
Winston la observó, su mirada calmada pero insistente.
—Entiendo que hayas pasado por cosas malas —comenzó a decir—, pero no soy ellos. No estoy aquí para hacerte daño.
Carolayn dejó la regadera y se giró hacia él, sus ojos brillando de frustración.
—¿Y cómo se supone que debo saberlo? —replicó, con la voz subiendo de tono—. Todos dicen lo mismo. Todos prometen no hacer daño hasta que lo hacen.
Winston se quedó en silencio por un momento. Había esperado esa respuesta, pero escucharla directamente le dolía más de lo que había imaginado.
—No tienes que confiar en mí de inmediato, pero no puedes vivir atrapada en ese miedo para siempre —insistió, tratando de hacerla entrar en razón.
Carolayn dio un paso hacia él, sus emociones comenzando a desbordarse.
—¡No entiendes nada! —gritó—. ¡No sabes lo que es estar siempre alerta, siempre esperando que algo salga mal! No quiero que me lastimen otra vez.
Winston dio un paso hacia ella, pero Carolayn levantó una mano para detenerlo.
—No te acerques —dijo, con la voz quebrada—. No quiero esto. No quiero más promesas vacías.
Winston la miró con una mezcla de tristeza y frustración. Estaba claro que no podía romper la coraza que ella había construido.
—Si realmente no quieres esto —dijo él, con voz suave—, entonces me iré.
Carolayn tragó saliva, sintiendo una punzada de dolor al escucharlo decir esas palabras, pero su orgullo y su miedo eran más fuertes en ese momento.
—Vete, Winston —dijo ella, con firmeza—. No quiero que sigas aquí.
Sin decir una palabra más, Winston caminó hacia la puerta. No miró atrás mientras la abría y se marchaba, dejando a Carolayn sola en el silencio de la sala. La puerta se cerró suavemente, pero el eco de su decisión retumbó en el pecho de Carolayn.
No hubo más reflexiones. Solo un vacío inmediato, que Carolayn se negó a reconocer.
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Amor verde💚
Historical FictionCarolayn, a sus 21 años, vive entre plantas, alejándose de los hombres por una razón que nadie conoce. Un día, tras su rutinario regreso a casa, encuentra una planta extraña, irresistiblemente hermosa. Sin pensarlo, la lleva consigo, sin sospechar q...