Racing velocity

Capítulo IX

El siguiente capítulo va a tener contenido +18, si no te gusta, por favor, salta el capítulo.
No, no me gusta sexualizar a las personas, pero el fanfic empecé a escribirlo hace tiempo, me quedé sin ideas y quiero terminarlo cuanto antes, así que ahora tendrá más cosas subidas de tono, palabras malsonantes, etc. Si tienes menos de 14 años, no lo leas, y si lo haces que sea bajo tu responsabilidad.

Nos encontrábamos por los lujosos bares de italia, celebrando el podio de Charles y la victoria de Max.
Yo ya iba un poco contentilla, no borracha, pero sí mareada. No era de tomar alcohol, y cada vez que lo hacía, me sentaba como una patada en el culo.

Caminé hacia la barra a través de toda la gente que había bailando, y apoyé los codos en esta mientras que esperaba a que algún camarero me viera y me atendiera.

Después de un rato uno de ellos me vio, y caminó hacia mí con una sonrisa amable.

—¿Qué te pongo?— preguntó gritando para que le escuchara, ya que la música estaba muy alta.

—Un chupito— dije sonriendo amable y sacando la cartera para pagar.

Sacó una botella de tequila y sirvió un trago en un pequeño vaso. Iba a pagarle pero negó con la cabeza.

—Invita la casa.

—Gracias— dije amablemente y me tomé el trago de una.

Sentí como el alcohol me quemó la garganta mientras bajaba y dejé un suspiro salir. Luego me despedí del camarero y caminé hacia los pilotos, los cuales bailaban, y otros solo charlaban.

—¿Bailamos?— preguntó Charles que apareció de... no sabía de dónde cojones había salido, la verdad.

—Eh... Sí, claro.

Charles tomó mi mano, y a juzgar de cómo caminaba podía decir que él también iba un poco bebido.

«Ya somos dos»

Charles me rodeó una mano con la cadera y me puso la otra en la espalda. Luego empezó a moverse al ritmo de la música y yo reí.

—¿Te parece gracioso, Castaña?— preguntó enarcando una ceja.

—Mucho— dije sonriendo y rodeándole el cuello con los brazos.

«¿Qué demonios estamos haciendo?»

No lo sé. Vamos un poco borrachas.

De repente, Charles me tomó de la mano y me arrastró hasta un punto muerto del bar. Yo fruncí el ceño y le miré confundida.

—¿Qué ha...? —no pude terminar la frase. Charles me cogió del cuello, empujándome contra la pared y besándome.

«Hos-tias»

Tardé unos segundos en reaccionar, pues me había pillado totalmente por sorpresa, pero involuntariamente, mis labios comenzaron a moverse contra los suyos.

Su mano permaneció en mi cuello, su agarre era firme, pero no doloroso. Movió su mano hacia mi cadera y me presionó contra él.

Rompí el beso ya que necesitaba coger aire y le miré totalmente desencajada.

—¿Por qué has hecho eso?— pregunté mientras respiraba rápido.

—La verdadera pregunta es. ¿Por qué he tardado tanto en hacerlo?

—Estás borracho. No sabes lo que haces.

—Sí, estoy borracho —dijo acercándose más a mí—. Pero soy completamente consciente de lo que estoy haciendo, y de las ganas que tengo de follarte aquí mismo.