único

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Jungkook no pensó que volvería a verlo.

De hecho, la última vez que escuchó su nombre fue de boca de Yoongi. El mayor había reproducido un audio de su novio, Jimin, quién le decía que la próxima semana iba a visitar el nuevo departamento de Taehyung en Daegu.

Eso fue solo hace tres años.

Y ahora está ahí, frente suyo. Conservaba ese estilo retro que siempre lo había caracterizado: zapatos negros, pantalones marrones, suéter oscuro, y un largo abrigo gris que le caía con elegancia.

Pero lo que realmente lo descolocó fue ver que seguía usando aquella maldita bufanda que solía amar.

De hecho, fue el primer regalo de aniversario que le dio.

Justo en ese momento, alguien lo empujó ligeramente, sacándolo de su trance y haciéndole notar que estaba en medio de una multitud de personas que caminaban despreocupadas.

Afortunadamente, nadie había sido testigo de ese pequeño estallido de emociones que se desató en su pecho cuando sus miradas se cruzaron.

Lo peor fue recibir una sonrisa, aquella misma sonrisa que lo hacía recordar los amaneceres juntos. Esa sonrisa cuadrada que lo desarmaba, el cabello desordenado de Taehyung y el calor reconfortante de sus cuerpos entrelazados bajo las sábanas.

Jungkook había creído que lo había superado, pero en ese instante, se dio cuenta de que solo se había estado mintiendo a sí mismo.

Para no quedar como un tonto inmóvil, decidió acercarse también, con una pequeña sonrisa dibujada en los labios.

—Tae-Hyung…

—Jungkook, hola.

No hay más “Kook”, no hay “Jungkookie”.

Ya no es “amor”.

Solo “Jungkook”.

—¿Cómo has estado? Hace tanto que no te veía —preguntó Jungkook, intentando sonar casual.

—Bien, vine a visitar a mis hermanos. Nos quedamos aquí por las fiestas.

—Escuché por Yoongi-hyung que te mudaste a Daegu. ¿Vinieron Minyoung-ssi y Dongwook-ssi también? —preguntó, y en cuanto las palabras salieron de su boca, se dio cuenta del error que había cometido.

Fue idiota, fue tan idiota. No debes mencionar como si nada el nombre de tus amorosos e increíbles ex-suegros.

Taehyung parpadeó y esbozó una sonrisa tensa.

—No, en realidad vine con mi pareja.

Oh.

Oh…

Ahora sí, quiere llorar.

Jungkook sintió que el mundo se desmoronaba a su alrededor. Su rostro lo traicionó por un segundo, sus cejas se fruncieron, su boca se entreabrió y sus ojos mostraron un atisbo de dolor. Pero rápidamente intentó recomponerse.

—Me alegro por ti, hyung.

—Sí, es la primera vez que conocerá a Namjoon y Jin-hyung. Llevamos saliendo un año.

Un año. En ese momento, Jungkook recordó cómo Taehyung lo había presentado a sus amigos apenas habían comenzado a salir. No tuvo más que buenos comentarios y un montón de felicidades por parte de sus suegros.

Para cuando cumplían un año, ya habían adoptado a Yeontan.

—¿Cómo está Yeontan? —preguntó, buscando algo que lo distrajera de la conversación que dolía más de lo que podía soportar.

Cómo te va, mi amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora